martes, 4 de octubre de 2016

El caso de la ducha fría. Capítulo 1.

                            El caso de la ducha fría.

Cuando Andrea se dio cuenta de que el agua de la ducha estaba fría, era demasiado tarde y ya se la había puesto carne de gallina.

Manejó con presteza el manubrio de la caliente, pero el grifo no respondía a las maniobras que ella le hacía.

La alcachofa, mientras, seguía siendo un torrente de agua de nevera.

Andrea, contra su costumbre, soltó cuatro tacos que le hubieran valido la excomunión si su voz no hubiera sido ahogada por el chorro traicionero, pero potente, de la ducha.

Juró no volverse a duchar en su vida, aunque no pudiera ligar nunca más.

¡Cómo necesitaba entrar en calor, Dios mío!

Desesperada se puso de rodillas en la bañera y rogó, imploró y suplicó, que se arreglara el grifo del agua caliente.

La fe mueve montañas y la oración paraliza los desastres, y por eso, en un abrir y cerrar de toalla, un agua calentita, cálida y estimulante, empezó a hacer una gran labor sobre el cuerpo de Andrea.

La carne de gallina se le iba transformando en carne de Diosa.

Se puso de pie contenta y empezó a jugar con la esponja, loca de alegría.

Pronto, un vapor cálido que rondaba la temperatura de la fiebre -39 grados- inundó el cuarto de baño y ocupó los sentidos de Andrea.

Al sentirse bien comenzó a cantar y reír de satisfacción.

“Nunca debemos abatirnos ante la adversidad”, pensó al tiempo que pisaba la pastilla de jabón.

Cuatro horas después, el informe del forense sorprendió a todos: “Murió de golpe seco en la ducha”.

(continuará)


Paco Molina. Emitido en Antena 3 Radio en la década de los 80 del siglo XX.

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