sábado, 8 de octubre de 2016

La carga familiar


La  carga familiar.

Tercer fallo, la pesada carga familiar. Estamos aquí ante una expresión conocida, la de la carga familiar. No hace falta pues explicarla. Sí merece la pena ver sus efectos.

El sacar a la familia adelante se torna pronto en una tarea que va a absorber casi toda la existencia de los cónyuges. 

Y así, a partir de la asunción de esa noble tarea, todo va a venir rodado, a favor de los poderosos. 

El trabajador, poco pagado, se lo pensará dos veces antes de protestar, no vaya a quedarse sin trabajo y no tenga para dar comida y estudios a sus hijos

Por lo mismo, el interés económico va a ir ocupando cada vez más espacio en la mente de la pareja, en desventaja del interés afectivo- sexual, que fue el motivo de la constitución de esa nueva familia. 

El dinero se mete en la cama, y los enamorados de antaño tienen un nuevo amante, inconfesable. 

De hecho no se lo confiesan el uno al otro, pero ya es el placer de recontar y manosear el dinero  más placer que el placer. (El dinero se manosea adquiriendo cosas manoseables, vulgo consumo).

La carga familiar hace también que los instintos de supervivencia y placer pasen a estar al servicio del Capital o del Poderoso de turno, porque ya no sólo tienes que cuidar tu vida, tienes que salvar la de todos los tuyos, con lo que estás obligado a respetar las normas, por demenciales y absurdas que sean, de la Sociedad en la que  estás (atrapado).

¿Y del instinto para buscar placer? Olvidémoslo. Al final el placer es trabajar, la persona ha sido castrada y ya no siente.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.

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