Se llega al
milagro de que los dos miembros de la pareja son dos máximos relativos (una
paradoja, pues sólo puede haber un máximo en cada entorno, ya que éste se define
como un punto que está a la máxima altura respecto a los de alrededor).
Él es
quien más vale en el mundo para su cónyuge y éste es quien más vale de todos
los humanos para él.
Están los dos
enamorados, embobados. En una situación ideal e idealizada. Son felices. No se
puede ser más feliz, y se creen que les sobran los demás animales humanos y las
miserias de la tierra (“contigo pan y cebolla”).
Están
viviendo, además, todas las ventajas que describimos en el capitulo de la
familia.
Incluso han aprobado la Oposición Más Importante De la Vida,
han sido capaces de volver loco a otro u otra y por tanto reúnen el requisito
esencial para ser un humano perfecto; que si se completa con un
hijo, ya es la repanocha, según mandan los cánones.
Y por encima de todo,
lo más importante, han resuelto el problema sexual, lo hacen cuanto
quieren y con quien quieren, con el amor de su vida, la mejor persona del
universo.
Están en una
situación de ¡bingo!: Sexo garantizado, autoestima en alza, competitividad
satisfecha, condiciones materiales mejor cubiertas, cánones sociales respetados
y con éxito.
El viento sopla a favor.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL, de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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