Cuando el inspector Martínez
acabó de leer el informe del forense, volvió a pensar y repensar que en aquel
caso había tomate; cómo si no podía ocurrir que alguien muriera de golpe seco
mientras se duchaba.
“La policía no es
tonta”, se dijo en voz alta, burlándose del dicho-burla.
Para Martínez los cabos
sueltos se podían atar fácilmente.
Hacía siete meses
que había llegado un nuevo gobernador a la ciudad, y todavía se recordaba en
ella la frase de éste cuando al recibir al Inspector Jefe, le dijo:
“Querido amigo, yo
no temo a nadie. Yo en vez de un guarda-espaldas lo que necesito es una guarda-pelvis”.
Semanas después Andrea
conoció al Excelentísimo Señor y se les vio con posterioridad juntos.
Andrea era desde
entonces conocida, en aquella estrecha ciudad, como la guarda-pelvis.
Para el inspector
Martínez la muerte repentina de Andrea era sospechosa, y mucho más después de
leer aquella memez: “La muerte le sobrevino a causa de un golpe seco en la
ducha”.
Nadie puede morir de
“golpe seco” mientras le moja el agua de la ducha, así que el inspector
Martínez ya tenía un sospechoso: ¡El Forense!
(continuará)
Paco Molina. Emitido
en Antena 3 Radio en la década de los 80 del siglo XX.
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