viernes, 7 de octubre de 2016

Capítulo 4: La pastilla de jabón


El caso de la ducha fría. Capítulo 4. La pastilla de jabón.

Cuando Honorato, el forense, vio, a dos palmos de sus narices, las credenciales de policía secreta del inspector Martínez, sintió un escalofrío de sudor y percibió que algo gordo iba a pasar, pues, ¿cómo si no? iba Martínez a comportarse así, cuando habían hecho el bachillerato juntos, cuando eran hermanos de la misma procesión, y cuando, incluso, en plena transición a la democracia, habían ido a una casa de masajes en Madrid.

“Honorato, tú te crees que yo me creo que alguien puede morir de golpe seco en la ducha”; le espetó el inspector al forense como si disparara su magnum a bocajarro ante el enemigo público nº 1.

“Mira Martínez, “golpe seco” quiere decir que no hubo herida con sangre, y sin embargo produjo la muerte. Indudablemente la occisa, es decir la muerta, estaba húmeda”.

“¿Se puede decir entonces que murió en plenas relaciones sexuales?”.

“Martínez, sufres deformación profesional, al decir “húmeda” quise decir que estaba mojada por el agua de la ducha”

“¿Y por qué cree el gran Honorato que se dio un golpe seco?”

“Elemental querido Martínez, pisó la pastilla de jabón y…perdimos a una de las chicas más bonitas de la ciudad”.

“Tú lo has dicho Gran Honorato, pisó el jabón, y ahora sapientísimo Honorato, dime: ¿Desde cuándo en las familias con dinero y pasta se usa para ducharse jabón y no gel?”.

Se produjo un silencio tenso y profundo sólo interrumpido por un loro que desde la cocina chillaba: “hijo –puta –hijo -puta”.

Al tiempo, en el otro extremo de la provincia, el Gobernador recibía la noticia de la muerte de Andrea, mientras presidía el “III gran certamen de Caracoles Al Sol”.

(Continuará)

Paco Molina. Emitido en Antena 3 Radio en la década de los 80 del siglo XX.

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