domingo, 9 de octubre de 2016

Capítulo 8. El portazo


El caso de la ducha fría. Capítulo 8. El portazo.

La madre de Andrea daba cabezadas a derecha e izquierda y a izquierda y derecha; era una continua negación de una idea infame que a la pobre señora se le colaba en el coco para desesperación suya.

Resulta que hacía apenas cuatro días que se habían cambiado todas las puertas interiores de la casa por otras más bonitas, elegantes y por supuesto súper caras.

Había sido el sueño acariciado por la buena señora durante todo el invierno, y aunque no le faltaba de nada, quería deslumbrar a sus amistades realzando, con aquel cambio, la suntuosidad de la casa de los Zacarías.

Sobre todo, a la que quería dar con la puerta en las narices, y nunca mejor dicho, era a Manolita, la del panadero, que les había pisado la compra del VOLVO, comprándose ellos un Mercedes último modelo, que además hablada.

¿Y qué ocurría’ Que cuando su hijo, el pequeño, descubrió que salía agua del cuarto de baño y sospecharon que algo grave le pasaba a Andrea, llamó su marido a los bomberos, y estos, ni cortos, ni perezosos, zis-zás, arrearon dos mazazos a la lujosa puerta del evacuatorio, y este pasó a valer dos reales.

Ahora, en pleno funeral y mientras el cura decía unas palabras preciosas; ella, que debía estar rota por la pérdida de una hija tan buena, se encontraba con que se le venía a la cabeza, la estúpida idea de: “¡qué mala suerte, por cuatro días no hubieran estropeado la puerta nueva!”.

Aquel pensamiento no era bueno, ni sano, y ella lo rechazaba haciendo negaciones con sus gestos.

-“Ay, Dios mío la Señora, ¿no ven como todavía no se lo puede creer?”; exclamó la fiel sirvienta y estalló en nuevos sollozos .

(Continuará)


Paco Molina de Zamora. Emitido en Antena 3 Radio de Zamora en la década de los 80 del siglo XX.

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