Sin embargo,
algo funciona mal en la institución familiar
El sexo es el
problema.
Si la familia es el refugio perfecto en un mundo
cada vez más hipócrita y hostil ¿por qué falla?
Para analizar
esto debemos de centrarnos en los dos carriles por los que circula, con éxito, el ferrocarril de la
institución familiar.
Ya hemos
visto el por qué, un invento del poder contra el pueblo, sin embargo, ha
cuajado entre las gentes; hasta el punto de que éstas, las estafadas, quieren
seguir con él.
Se debe, esa paradoja, a que la familia es un refugio en
medio de una sociedad donde, aunque no esté escrito, impera el sálvese quien
pueda.
Es decir, algo tiene la familia cuando la bendicen, y ese “algo”
es lo ya visto.
Pero veamos
la cruz de la moneda. Conectemos con los problemas de las personas, como la
violencia doméstica o la pérdida de libertad o el infierno conyugal.
Para hacerlo
se debe investigar cómo están los raíles por los que se desliza el
invento.El rail sexual y el económico.
Si usted
piensa ¿y los afectos?.
Observe que estos son sólo las ballestas o
traviesas que unen ambos raíles; y no son un problema.
Aunque la familia tal
vez los estropea al acrecentar el cariño entre sus miembros, al tiempo que anula
o apaga la ternura y ese sentimiento solidario que se podría tener por
cualquier otro semejante, si no lo intuyéramos como un rival (en vez de como
un igual, con los mismos problemas a resolver)
Repasadas
las ballestas o traviesas (que traviesos
son los sentimientos), tampoco parece que el rail de la derecha, el de los
intereses económicos de los miembros de la familia, tenga ningún defecto capaz
de hacer descarrilar, como descarrilan tantas y tantas familias, a nadie.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL, del Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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