domingo, 6 de marzo de 2016

LA ZAMORADA: FERIA Y FIESTA

FERIA  Y  FIESTA

TRADICIONALMENTE lo que se celebra en cada localidad de este mundo son las ferias y fiestas de san Patatín.

Es difícil y sobre todo inútil ponerse a discutir que sería antes.

Podían ser las ferias, que luego al atraer mucha gente y hacer correr dinero se fueron encontrando con que acabaron en fiestas (los circos, los cantantes, los espectáculos, es fácil suponer que iban allí donde había más personal, para aumentar de esta manera sus posibilidades de poner el cartel de “no hay entradas”).

Si fue así todo, tendríamos, primero la feria y como consecuencia la fiesta.

Claro que pudo ocurrir al contrario. Eran las fiestas del pueblo, corría el dinero, el vino y el buen ánimo, se congregaban muchas personas en torno a la alegría y entonces, vendedores hábiles empezaron a aparecer para ofrecer sus mercancías.

Algo así se da en Zamora durante la Semana Santa; en torno a esa gran fiesta se va creando una feria, recuérdese como prueba el cada vez mayor número de puestos ambulantes que nacen por todas las esquinas.

En esta ciudad, aunque todas se llaman ferias y fiestas, se puede decir que se tiene la fiesta-feria nacional de Navidades, la fiesta-fiesta de Carnaval, la fiesta-feria de la semana de pasión, la feria-fiesta de San Pedro y...

Y vamos con lo que fueron fiestas de Septiembre, o de la Virgen de la Concha o de los que se considere.

Estos días, que tuvieron sus años de esplendor se van apagando poco a poco, de manera tal que ahora no es que haya en ellos sólo una verbena y un concierto, sino que la gente se pregunta ¿por qué hay hoy una verbena y un concierto?

¿Tiene esto arreglo? Tal vez, pero seguro que si existe un elisír que les de tono a las fiestas de Septiembre ese no es que el Ayuntamiento tenga más o menos pasta (que no tiene ni pizca ) y traiga aquí a la prima carnal de Madonna para actuar en el cuartel.

Eso sería una suerte, pues se tendría a mano un espectáculo que en otro caso exigiría un desplazamiento el verlo; pero nunca podría ser algo solido y útil para unos ciudadanos que por otra parte vienen frescos de un verano donde se han hecho excursiones a playas de Venus y montes de Zeus.

Si alguna vez se revitalizan las jornadas festivas de Septiembre tendría que ser porque una feria fuera la que tirara de una fiesta y no al revés.

Hay pues que centrarse en qué tipo de feria.

Para desembocar en la solución (posible), recuérdese en general cual  es el sector que más anhela la llegada de visitantes ( ¡ese es el síntoma de buenas fiestas!).

La respuesta es ¡el del comercio!

Si por otro lado se repara en el auge y esplendor de una ciudad pequeña como Miranda do Douro, se encuentra uno con que todo ello se debe a que es visitada por muchas personas ¡porque allí se compra barato!

Pues bien, la creación de una feria zamorana en septiembre, que tire de una fiesta-comienzo-de-otoño parece, a todas luces, que tiene que venir del sector del comercio.

La idea en bruto es esta (Y que los cortadores de diamantes la pulan si es que les gusta):

Se trataría de atraer visitante con el anzuelo de que en esta ciudad se compra muy bien.

Para ello se elegiría una semana o un finde (tiempo indicativo) del mes de las asignaturas pendientes, durante la cual "todos" los establecimientos y en "todos' sus artículos harían sustanciosas rebajas.

Naturalmente el éxito de la feria se daría si no se convirtieran esos días en el “remate final de rebajas”, y si mas bien fuera una oportunidad-de-oro para comprar cualquier cosa a muy buen precio (los del vestir tendrían que atreverse ya con la ropa de temporada).

Se expone a continuación la versión ideal, que luego, lógicamente, entrando en cada realidad concreta, habría que ir “destrozando” hasta quedar en lo mejor de lo posible.

Lo bueno consistiría en que durante una semana ( un finde) "todos" los comercios vendieran "todos" los productos a mitad de precio.

Naturalmente, como no en todas las mercancías se carga más del 50% sobre el precio de fábrica, eso es inviable; pero en fin siempre se podría decidir ganar únicamente el 10%, con lo que muchas cosas se harían suculentas.

Otro inconveniente podría estar en joyerías, vendedores de coches y artículos con precios netos. Bien, tampoco sería obstáculo insalvable, pues de todos es sabido que donde no se puede rebajar (que siempre se puede, pillines) es posible regalar, obsequiar por la compra efectuada.

Al ser una feria especifica y con esa característica (todo se rebaja) es posible que hasta las casas que venden artículos para ser ofertados a precio fijo, aceptaran "a modo de fueros mercantiles" la excepción para Zamora y en esas fechas.

La idea es lograr que todo sea más barato ¡hasta los medicamentos!

Hay que buscar la repercusión publicitaria nacional.

Durante esas fechas la bien cercada seria una fuente de atracción de gentes que como a un inmenso Pryca (pero bello), o Continente (pero acogedor) o Galerias Preciados/El Corte Inglés (pero cálido) o mercado persa, vendrían para ver y comprar, con la ventaja sabida de que una vez aquí (¡ah!, la hostelería rebajaría al menos un 10%-, así como los hoteles) acabarían llevándose más de lo que buscaban (al que no le haya ocurrido eso en el Corte Inglés que tire la primera piedra).

¿Que los propios zamoranos podrían retraer sus compras para concentrarlas en esos días?, tal vez, pero lo dicho, adquirían, como en rebajas hasta lo necesario.

El caso es que en torno a la atracción de turistas, compradores y curiosos, mas el ahorro del consumidor, habría motivos más que suficientes como para acabar en fiesta.

Que estudie la idea base quien la pueda impulsar (¿Cámara de Comercio?).

Si es irrealizable que no la pongan en práctica, pero ¿de verdad seria irrealizable?

El eslogan que se propone seria como viene, '''todo seguido": “ZamoraSeptiembre», o mejor ZAMORA DA.

Vente a la ZAMORADA, diría la gente

FRANCISCO MOLINA. El Correo de Zamora. 20 de Enero de 1991




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