FERIA
Y FIESTA
TRADICIONALMENTE lo
que se celebra en cada localidad de este mundo son las ferias y fiestas de san
Patatín.
Es difícil y sobre
todo inútil ponerse a discutir que sería antes.
Podían ser las
ferias, que luego al atraer mucha gente y hacer correr dinero se fueron encontrando
con que acabaron en fiestas (los circos, los cantantes, los espectáculos, es fácil
suponer que iban allí donde había más personal, para aumentar de esta manera
sus posibilidades de poner el cartel de “no hay entradas”).
Si fue así todo,
tendríamos, primero la feria y como consecuencia la fiesta.
Claro que pudo
ocurrir al contrario. Eran las fiestas del pueblo, corría el dinero, el vino y
el buen ánimo, se congregaban muchas personas en torno a la alegría y entonces,
vendedores hábiles empezaron a aparecer para ofrecer sus mercancías.
Algo así se da en
Zamora durante la Semana Santa; en torno a esa gran fiesta se va creando una
feria, recuérdese como prueba el cada vez mayor número de puestos ambulantes
que nacen por todas las esquinas.
En esta ciudad,
aunque todas se llaman ferias y fiestas, se puede decir que se tiene la
fiesta-feria nacional de Navidades, la fiesta-fiesta de Carnaval, la
fiesta-feria de la semana de pasión, la feria-fiesta de San Pedro y...
Y vamos con lo que
fueron fiestas de Septiembre, o de la Virgen de la Concha o de los que se
considere.
Estos días, que
tuvieron sus años de esplendor se van apagando poco a poco, de manera tal que
ahora no es que haya en ellos sólo una verbena y un concierto, sino que la
gente se pregunta ¿por qué hay hoy una verbena y un concierto?
¿Tiene esto arreglo?
Tal vez, pero seguro que si existe un elisír que les de tono a las fiestas de
Septiembre ese no es que el Ayuntamiento tenga más o menos pasta (que no tiene
ni pizca ) y traiga aquí a la prima carnal de Madonna para actuar en el
cuartel.
Eso sería una
suerte, pues se tendría a mano un espectáculo que en otro caso exigiría un
desplazamiento el verlo; pero nunca podría ser algo solido y útil para unos
ciudadanos que por otra parte vienen frescos de un verano donde se han hecho
excursiones a playas de Venus y montes de Zeus.
Si alguna vez se
revitalizan las jornadas festivas de Septiembre tendría que ser porque una
feria fuera la que tirara de una fiesta y no al revés.
Hay pues que centrarse
en qué tipo de feria.
Para desembocar en
la solución (posible), recuérdese en general cual es el sector que más anhela la llegada de visitantes
( ¡ese es el síntoma de buenas fiestas!).
La respuesta es ¡el
del comercio!
Si por otro lado se
repara en el auge y esplendor de una ciudad pequeña como Miranda do Douro, se
encuentra uno con que todo ello se debe a que es visitada por muchas personas ¡porque
allí se compra barato!
Pues bien, la creación
de una feria zamorana en septiembre, que tire de una fiesta-comienzo-de-otoño
parece, a todas luces, que tiene que venir del sector del comercio.
La idea en bruto es
esta (Y que los cortadores de diamantes la pulan si es que les gusta):
Se trataría de
atraer visitante con el anzuelo de que en esta ciudad se compra muy bien.
Para ello se elegiría
una semana o un finde (tiempo indicativo) del mes de las asignaturas
pendientes, durante la cual "todos" los establecimientos y en
"todos' sus artículos harían sustanciosas rebajas.
Naturalmente el éxito
de la feria se daría si no se convirtieran esos días en el “remate final de rebajas”,
y si mas bien fuera una oportunidad-de-oro para comprar cualquier cosa a muy buen
precio (los del vestir tendrían que atreverse ya con la ropa de temporada).
Se expone a continuación
la versión ideal, que luego, lógicamente, entrando en cada realidad concreta,
habría que ir “destrozando” hasta quedar en lo mejor de lo posible.
Lo bueno consistiría
en que durante una semana ( un finde) "todos" los comercios vendieran
"todos" los productos a mitad de precio.
Naturalmente, como
no en todas las mercancías se carga más del 50% sobre el precio de fábrica, eso
es inviable; pero en fin siempre se podría decidir ganar únicamente el 10%, con
lo que muchas cosas se harían suculentas.
Otro inconveniente
podría estar en joyerías, vendedores de coches y artículos con precios netos.
Bien, tampoco sería obstáculo insalvable, pues de todos es sabido que donde no
se puede rebajar (que siempre se puede, pillines) es posible regalar, obsequiar
por la compra efectuada.
Al ser una feria
especifica y con esa característica (todo se rebaja) es posible que hasta las
casas que venden artículos para ser ofertados a precio fijo, aceptaran "a
modo de fueros mercantiles" la excepción para Zamora y en esas fechas.
La idea es lograr
que todo sea más barato ¡hasta los medicamentos!
Hay que buscar la
repercusión publicitaria nacional.
Durante esas fechas
la bien cercada seria una fuente de atracción de gentes que como a un inmenso
Pryca (pero bello), o Continente (pero acogedor) o Galerias Preciados/El Corte
Inglés (pero cálido) o mercado persa, vendrían para ver y comprar, con la
ventaja sabida de que una vez aquí (¡ah!, la hostelería rebajaría al menos un
10%-, así como los hoteles) acabarían llevándose más de lo que buscaban (al que
no le haya ocurrido eso en el Corte Inglés que tire la primera piedra).
¿Que los propios zamoranos
podrían retraer sus compras para concentrarlas en esos días?, tal vez, pero lo
dicho, adquirían, como en rebajas hasta lo necesario.
El caso es que en
torno a la atracción de turistas, compradores y curiosos, mas el ahorro del
consumidor, habría motivos más que suficientes como para acabar en fiesta.
Que estudie la idea
base quien la pueda impulsar (¿Cámara de Comercio?).
Si es irrealizable
que no la pongan en práctica, pero ¿de verdad seria irrealizable?
El eslogan que se
propone seria como viene, '''todo seguido": “ZamoraSeptiembre», o mejor
ZAMORA DA.
Vente a la ZAMORADA,
diría la gente
FRANCISCO
MOLINA. El Correo de Zamora. 20 de Enero de 1991
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