viernes, 4 de marzo de 2016

LOS SIETE PECADOS CAPITALES de CC.OO.


LOS SIETE PECADOS CAPITALES CC.OO.

En realidad habría quo decir "los 7 pecados capitalistas" de algunos dirigentes de CC.OO. pero dado que se consideran la mayoría y que se aproxima un Congreso en el que, si estos compas ganan, pueden creer que se les ha dado un cheque en blanco para seguir por una línea que podríamos llamar de "miembros instintivos de la Sociedad Protectora de Psoes", tal vez sea conveniente airear lo quo sigue.

Cuanto peor mejor, si señor

Cuando la cúpula de CC.OO. decide que no hay que apoyar la Plataforma Cívica contra la Contrarreforma Laboral, surge un intenso debate dentro del Sindicato.

En ese debate, los que la prensa ha bautizado como pragmáticos u oficialistas o yupies, descubren una frase que les parece mágica para atenazar al contrincante.

Así, cuando alguien defiende quo hay que dar duro al Gobierno que tan duro está dando a los trabajadores, saltan los de la sociedad protectora ya mencionada: "señores, la economía no crece por culpa de la crisis política. 

Lo lógico es sosegar el ambiente enrarecido para no desperdiciar el viento de la bonanza económica internacional o es que acaso sois partidarios del “cuanto peor mejor”. Pues sabed que siempre, cuanto peor ha sido una situación, peor aún ha sido para los trabajadores".

Aparentemente el razonamiento es irrefutable, pero conviene que se medite sobre lo siguiente: en principio nadie está obligado a creer que esta sociedad es injusta: pero si se considera que así es y se decide uno a apostar por cambiarla, tiene que ser porque se entienda que alguna vez el orden establecido hará crisis de una forma tan brutal que la mayoría de la población verá la necesidad del cambio (vía democrática para las transformaciones radicales).

Es decir, quien dice que se debe ir a una sociedad no capitalista, como dicen los Estatutos de CC.OO., espera (aunque sea en su subconsciente) que alguna vez llegue lo peor (la crisis que haga ver algo) para que emerja lo mejor (la nueva etapa social).

Todo esto no es más que la paradoja de cualquier oposición en cualquier situación e institución. Lo contrario está en que como personas no  pueden querer el mal, pero como políticos (que no creen que sea buena la forma de gobierno) esperan (sin derecho a propiciarlo) que la situación empeore, para que al ir todo mal la realidad  les de la razón.

Pero hay más. Resulta que la esencia de un sindicato es la huelga y la esencia de la huelga es "el cuanto peor, mejor".

Véase: a la huelga se convoca a los trabajadores cuando la situación es mala (por ejemplo, cobran poco) y se les propone que durante unos días (los de huelga) no cobren nada (lo cual es peor que cobrar poco) simplemente porque se está aplicando el criterio de cuanto peor  mejor, ya que se habrá extendido el mal (lo peor) al empresario, para buscar el bien (lo mejor).

Claro, que si se vive "tan bien , que el instinto conservador es el que se enseñorea de todas nuestras intenciones, entonces el paso por "el peor" da pánico, porque no garantiza que el “mejor” de la mayoría supere nuestro “mejor” actual.

Ya os resististeis.

La Sociedad Protectora de Psoes ha creado un ente que llaman “No Nos Resignamos”.

Sus ideas-fuerza para ayudar al PSOE son: decir que ese partido es de izquierdas; decir que peor es el PP: decir que IU debe ser cómplice del PSOE y que como no lo es, es la culpable de todo.

Ahora, como se acercan las elecciones, quieren hacer una transfusión de sangre bidireccional entre Felipe González y Julio Anguita (les acusan a los dos del desastre de la izquierda).

Así, Felipe tendrá algo de sangre fresca y limpia, y Anguita algo de sangre putrefacta y corrupta.

No se trata de otra cosa que ponerlos a los dos en el mismo banquillo, para así elevar a uno y denigrar al otro: vamos, algo así como decir que la culpa de que la vida sea un "valle de lagrimas” la tienen, el diablo, por supuesto, y también Dios, por no aceptar un pacto con él.

Pero lo significativo como pecado sindical (hay gentes de postín en esta operación) es que cuando unos dirigentes obreros les dicen a estos: "mirad, este gobierno es nefasto, pero el otro es peor, así que elige al nefasto”, es que ya se han resignado como revolucionarios, como rebeldes, como progresistas, como reformistas, como lo que quieran.

En la época de los esclavos hubieran apostado por recomendarles a estos un amo moderno en vez de un amo clásico; y habrían renunciado, resignándose, a luchar contra la esclavitud.

Porcelanosa: el mosaico autonómico.

A los de la Sociedad Protectora de Psoes les ha dado por decir que hay que evitar que CC.OO. sea una correa de transmisión de IU, que hay que ser autónomos.

La razón por la que se utiliza el término autonomía y no el término independientes, es de suponer que se debe a que en la cultura de izquierdas (con perdón) se asocia indefectiblemente la denominación "sindicato independiente" con lo de sindicato amarillo, de derechas.

Por eso el rollo que se marcan es el de la autonomía y no el de la independencia. Hay que ser autónomos, dicen.

Pues claro, pero para eso basta con que cada persona vote lo que quiera y haya democracia al máximo en el sindicato.

Dado que democracia debe haber y en este sentido, el de ampliarla, van muchas de las enmiendas del sector de Agustín Moreno/Salce Elvira/Marcelino Camacho y, dado que en CC.OO. hay 800.000 afiliados mientras en IU son sólo 80.000, resulta imposible el manejo que se dice combatir.

El pecado capitalista en este tema está en que algunos entienden la autonomía con el no coincidir nunca con IU (para no ser correa de transmisión ni en las apariencias) y entonces se pierde libertad de acción (se deja de ser libre al no poder hacer lo que hay que hacer) y se acaba siendo un monaguillo más de Felipe González.

Solo la democracia interna garantiza la autonomía, la independencia y la libertad, al margen de que se coincida o no con otros.

Sindicato sociopolítico.

Dice el chiste que sindicato sociopolítico es que tiene un socio político.

Y posiblemente la gracia tenga más verdad dentro de la que apetece.

A cualquier persona le pones en una columna “sindicatos”, y en otra “partidos políticos”, y es capaz de emparejarlos sin error.

En ese aspecto, a CC.OO. siempre se le emparejó con el PCE y ahora con IU.

Sólo la tranquilidad de conciencia puede permitir soportar esto sindicalmente, ya que por lo demás no hay el menor manejo por parte de IU en CC.OO.

Si ocurre, sin embargo, que del desastre de los países comunistas hay gente que solo aprendió una lección (lo comunista no vende, aléjate de esa imagen) y no han aprendido la otra lección (que detrás de las ideas nobles también hay gorrones).

Aprendida solo una lección, hay quienes, por el bien de CC.OO. quieren restregar a ésta con estropajo metálico para limpiarla de la asociación de ideas que la vinculan con IU (sin darse cuenta que acaba de ganar las elecciones sindicales, a pesar de su mala fama); es decir, quieren quitarle la piel (roja) a tiras cuando a la gente ya no le asusta.

Y lo que es peor, prefieren acercarse, vía UGT y vía defensa del Gobierno (no nos resignamos) al refugio de rufianes que ha sido el PSOE en las alturas, como fueron refugio de rufianes los partidos comunistas que llegaron al poder.

Y lo fueron por lo mismo, por estar en el poder.

Unidad de comunión.

Una cosa es la unidad de acción ocasional (un ligue) e incluso otra es la unidad de acción repetida (un amante), pero otra muy distinta es el matrimonio.

Y lo que algunos están propiciando dentro de CC.OO. no es una unidad de acción con UGT, sino una unidad de Comunión, un matrimonio.

Y esto es grave, por cuanto en la medida que UGT no hace feos al PSOE (incluso imita al Gobierno en corrupciones, léase PSV) y además no le importa que sus jefes sean cargos públicos del PSOE, etc; pues entonces, por vasos comunicantes, a CC.OO. se le está vinculando más y más como “correa de transmisión del PSOE” (para no perder subvenciones)

 El pecado sindical, pues, es evidente, se está apostando por ser un sindicato como otro que ya existe, creando una tensión en el que se está, cuando, si lo bueno es lo otro, basta para alcanzar esa bondad con cambiar la cuota de destinatario.

Esquizofrenia.

Los actuales dirigentes mayoritarios de CC.OO. van a acabar con la salud mental de los saludables afiliados, pues convocan 4 huelgas generales contra el Gobierno y ahora dicen que es preferible este Gobierno: tienen a las bases a odio partido contra UGT en las elecciones sindicales y por arriba venga de besuqueo de jefes en el Telediario; declaran al Capital como enemigo en los estatutos y venga a pedir sosiego político en comandita con la CEOE para que nadie luche ya contra la contrarreforma laboral.

Paisanos y mundanos.

 En los continentes de la izquierda suele haber -dicen- dos tendencias generales.

En CC.OO. pragmáticos versus románticos; en IU, anguitistas versus nuevas izquierdas.

Esto en estos momentos, en otros Dios dirá.

Sin embargo, en el momento actual hay un factor transversal que produce una división por encima (o por debajo) de otras.

Este factor divisorio lo determina el periódico que lee cada persona, y así podemos decir que unos leen El País (los paisanos) y otros El Mundo (los mundanos).

Dime que periódico lees y te diré de qué pie cojeas.

Los “paisanos” , tarde o temprano vuelven a creer en Dios ante el miedo a la muerte (que viene la derecha), mientras que los “mundanos”, como su nombre indica, son más ateos, más libres.

Pero este es otro artículo; aunque quede claro hoy el pecado sindical: “cada uno puede leer lo que quiera, pero quien en misa lee el misal, acaba bañándose en agua bendita”.

 Paco Molina . Revista T.E. (Trabajadores de la Enseñanza) de la Federación de Enseñanza de CCOO. Años 90 del S.XX


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