ZAMORA:
DIVINA semana santa
Por no se qué raro
motivo este año me vi todas las procesiones (¿17?).
Incluso tuve la suerte de
que la interrumpida tuvo que retroceder cuando yo ya, vista, me separaba de su cola.
Y quiero decir de la
Semana Santa de Zamora, con conocimiento de causa, lo que decía mi madre de sus
nieteciños: “Podrá haberlos igual, pero mejores, imposible”.
La ciudad ha conseguido ofrecer, año tras año,
un espectáculo de una impresionante belleza y atractivo. Lo cual debe ser
motivo de orgullo y enorme satisfacción pues no es fácil.
Las procesiones, cada
una exprimiendo su idea fundacional, han alcanzado un nivel de calidad difícilmente
superable ni por ellas mismas.
Y esta oferta excepcional
y genial, de luz, imaginación, sonido, participación, escultura, pintura, arte
y drama, se comparte con todo aquel que, gratis, quiera disfrutar de algo tan tremendamente
bello.
Estamos pues ante la
Semana de los Huevos de Oro de esta ciudad, que por lo demás muere dulcemente.
En este aspecto, este
año el tiempo acompañó y todo salió perfecto, salvo el botellón de los temidos
10.000 que se quedó sólo en 6.500 y en los miedos infundados. También abrieron,
por primera vez, muchos comercios el Jueves Santo; lo que es lógico porque si
echas la red cuando hay peces es más fácil pescar.
Este show magnífico
e insuperable que durante 11 días ofrece Zamora es como un buffet con barra
libre, en que te puedes servir tu manjar favorito y sin coste alguno, el día o
los días que mejor te vengan y en el rincón que mejor convenga.
Es pues, como ya han
demostrado los hechos, nuestra semana turística por excelencia. La semana del
nuevo dios, el Dios Dinero; que si bella es una pasión, la del Vía Crucis, no
menos pasión es la que todos tenemos por el vil metal.
Que no se está el
chaval de “tres que piquen y uno que no” desgañitándose y trabajando hasta las tantas,
sólo para que un creyente se persigne admirado ante el Cristo de las Injurias
tras tomarse un pinchito.
Estamos ante una
fuente de ingresos, y desde el respeto a los que sólo o de paso, quieren salvar
su alma, es obligación de las autoridades salvar nuestra cartera.
Y en ese sentido
digo:
1.-Hay que agradecer
y felicitar a quienes desde hace décadas, han creado y recreado esta fantástica
representación tan bien encarnada, y tan perfectamente reproducida.
2.-Hay que entender
que estas gentes forman parte de lo que podemos llamar “la sociedad civil”,
porque aunque las administraciones han puesto dinero para ayudar al montaje,
esa aportación es mínima en comparación con la de las Juntas Pro Semana Santa,
y otros que se me escapan.
3.-En consecuencia,
el Ayuntamiento debe ver si le salen Juntas Pro Esto y Pro lo Otro, para así llenar
de acontecimientos otras épocas del año, y que la fiesta no decaiga.
4.-¿Qué tal una
Junta Pro Música Sacra para unir Carnaval con Semana Santa en Cuaresma? ¿Qué
tal una Junta Pro Carnaval que convierta de paso el Entierro de la Sardina en
la farsa de las farsas? ¿Qué tal una Junta Pro “9 semanas y media”, que enlace
San Pedro con la Concha mediante semanas (findes) monográficas de músicas
distintas, poesías diferentes, bailes inimaginables, conciertos sonados, magias
distintas, etc?.
6.-Hoy día cada
hecho cultural, sea o no espectacular, cuenta con suficientes fans como para
crear, si se les anima a ello, su Junta Pro Lo Que Les Gusta?
7.-Y ensamblando
todo ello con Congresos y reuniones inducidas (subvencionadas) en la ciudad, llenaríamos
el calendario anual de actos que producirían un beneficio económico.
En Zamora, los
colectivos que existen son: Los Jubilados, que no dependen de las autoridades locales.
Los Funcionarios, que tampoco. A continuación el comercio y la hostelería, que
son los sectores que en la ciudad contratan mayor número de puestos de trabajo,
puestos que cubre una clase obrera, por lo demás escasa al no haber apenas
industria.
Por tanto es ahí hacia
donde se debe encauzar el negocio. El turismo o en su defecto, el conseguir
visitantes, es la única salida, o si no la única, si la Salida de Emergencia.
Paco
Molina. Zamora. 27 de Marzo del 2016. Domingo de Resurrección
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