lunes, 3 de octubre de 2016

El sexo es el problema


Los fallos.
Sin embargo, algo funciona mal en la institución familiar

El sexo es el problema.

Si  la familia es el refugio perfecto en un mundo cada vez más hipócrita y hostil ¿por qué falla?

Para analizar esto debemos de centrarnos en los dos carriles por los que circula,  con éxito, el ferrocarril de la institución familiar.

Ya hemos visto el por qué, un invento del poder contra el pueblo, sin embargo, ha cuajado entre las gentes; hasta el punto de que éstas, las estafadas, quieren seguir con él. 

Se debe, esa paradoja, a que la familia es un refugio en medio de una sociedad donde, aunque no esté escrito, impera el sálvese quien pueda. 

Es decir, algo tiene la familia cuando la bendicen, y ese “algo” es lo ya visto.

Pero veamos la cruz de la moneda. Conectemos con los problemas de las personas, como la violencia doméstica o la pérdida de libertad o el infierno conyugal.

Para hacerlo se debe investigar cómo están los raíles por los que se desliza el invento.El rail sexual y el económico.

Si usted piensa ¿y los afectos?. 

Observe que estos son sólo las ballestas o traviesas que unen ambos raíles; y no son un problema. 

Aunque la familia tal vez los estropea al acrecentar el cariño entre sus miembros, al tiempo que anula o apaga la ternura y ese sentimiento solidario que se podría tener por cualquier otro semejante, si no lo intuyéramos como un rival (en vez de como un igual, con los mismos problemas a resolver)

Repasadas las  ballestas o traviesas (que traviesos son los sentimientos), tampoco parece que el rail de la derecha, el de los intereses económicos de los miembros de la familia, tenga ningún defecto capaz de hacer descarrilar, como descarrilan tantas y tantas familias, a nadie.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL, del Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.

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