jueves, 29 de septiembre de 2016

La familia garantiza la ración de sexo

Las palmeras del oasis.

Visto el desierto en el que se desenvuelve la vida de la inmensa mayoría de los mortales, resultan aplastantes las ventajas de la familia, ya que ésta aparece como  un oasis en medio del desierto. 

Aunque más que oasis es simplemente el espejismo de un oasis.

La estructura familiar garantiza la ración de sexo

La familia es un oasis (con sexo) dentro de ese desierto en el que la aridez esencial radica en la prohibición del placer sexual. 

En efecto, la toma de posesión, en su día, de la hembra por el macho, cuando la compra de la esposa era evidente, tenía como fin principal el adquirir una mujer para practicar el sexo, para la coyunda.

Pero incluso hoy, el factor sexo es más evidente, puesto que la gente se casa por amor, es decir por un arrebato de pasión (traducido al castellano por un “ataque de sexo”). 

Dos se han conocido, dos se han gustado, dos se han descubierto como afines e idóneos para hacerse el amor y quieren llevar esa pasión al paroxismo (todo el rato juntos, todo el rato los dos solos,  si acaso con unos hijos que multipliquen la felicidad, y eso, para siempre).

Pero no sólo lo dicho prueba que la familia garantiza el sexo y que de ahí procede la mayor parte de su éxito. 

Es que además, lo garantiza a todas las edades y en todas las condiciones. 

Explíquese. Resulta que si te casas, aunque envejezcas, te deteriores e incluso degeneres, tu cónyuge tiene el débito, la obligación de darte sexo. 

La ventaja aquí del casado o la casada respecto al soltero o la soltera es manifiesta.

El instinto de placer es tan poderoso que prefieres garantizar la ración de sexo, aunque sea escasa, no rica en proteínas y nada variada (osease, como alimentación, desastrosa) antes que comer y beber en la juventud más o menos (tampoco tanto) pero luego verte, cuando llegue la decadencia física, sin el manjar de otro cuerpo que te arrulle.

Esta ventaja del matrimonio es algo que ve incluso quien no quiere mirar. 

A parte de que tal vez algo tenga el agua bendita de dos amándose, cuando sí ocurre que a veces te encaprichas de alguien con un fervor que no se entiende.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.



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