sábado, 10 de septiembre de 2016

Traumas inevitables.


Traumas inevitables.

Al ser la gente obligada a vivir en pareja, es decir, al inventarse una institución que va contra la naturaleza, se coloca la primera piedra de una fábrica de traumas.

Resulta que el varón ha de convertirse en monógamo cuando no lo es. 

Esa tarea no puede menos que traumatizarle. 

Aunque llevará "mejor" el asunto, porque se creó una sociedad machista y eso le permite quebrar la norma sin que llegue la sangre al río.

Al tiempo y por lo mismo, las damas del grupo tienen que adorar la fidelidad, o exigiéndola o practicándola, con el consiguiente desgaste psíquico. 

Lo que se agrava, por lo mismo que se mitiga en el caso del hombre, por el carácter machista del orden social.  

Orden de  cosas que hace que la mujer no sólo sea fiel por cuestiones morales  sino también por la cuenta que le tiene

Pues no es extraño que acabe apaleada o asesinada, con el beneplácito o no, de las leyes sociales o morales el hombre.

Lo visto es suficiente como para generar una violencia soterrada en todo individuo, situación que puede percibir cualquier observador sensato, por más que los voceros del sistema nos cuenten que eso forma parte de la agresividad innata del hombre.

Cosa que, aunque fuera cierta, deberían complementar con que también es innata la  promiscuidad en busca de la satisfacción del instinto de placer, y que no por ser las dos cosas instintos animales, nosotros, racionales, estemos obligados a reprimirlas.

 Porque reprimir la violencia tendría sentido, pero reprimir el acceso fácil al placer ¿qué sentido tiene? ¡Mantener esta sociedad enferma! (por consumista, machista y capitalista).

Lógicamente, si sólo se quedaran ahí los traumas, no tendrían psicólogos, psiquiatras, ginecólogos, sexólogos y directores espirituales, la clientela que tienen, y no habría tantas llamas en el infierno de cada una y cada uno.

Pero resulta que desde el macho con más precoz eyaculación hasta la mujer con más tardío orgasmo, nos encontramos con una pléyade de situaciones límite, más o menos reprimidas, ocultadas o no resueltas, alarmante.


Del libro LA ESTAFA SEXUAl de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.

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