viernes, 23 de septiembre de 2016

Lo fantástico de las fantasías.



Lo fantástico de las fantasías.

Ahora el tema de las fantasías ha dado un vuelco impresionante y ha pasado de ser una perversión a ser un antídoto contra todo mal (eso sí para salvar el orden imperante).

¿Que tienes fantasías? (te dicen ahora, hasta desde el saber medicinal).
“No te preocupes, eres normal, todos tenemos”.

¿Que te sientes inquieto?, “Proyéctate una fantasía y mastúrbate”.

Aquí se oculta que las fantasías pro-masturbación, con ser buenísimas, producen un poso de ansiedad; porque piensas, "qué pena que no haya alguien ahora por ahí con los mismos  deseos".

¡Cuándo sí lo hay!.

Pero así, masturbado, que es lo que te permiten y propician, dejarás de dar la lata sexual durante un rato.

Están fabricando el homo-masturbator, para que no se desborden las riadas del deseo y acaben arrasando los diques de la represión.

¿Que estás emparejado y aparecen las fantasías en plena faena?
“Tranquil@ eso ocurre (qué listos son) y no debe asustarte; déjate llevar y goza, y si lo ves prudente  juega a compartir las fantasías con tu pareja (pero, ojo, con tiento)”.

¿Que ya compartes las fantasías?  Pues muy bien, “pero no os arriesguéis a llevarlas a la práctica, no vaya a ser que vuestro equilibrio emocional se rompa y acabéis con vuestra buena sintonía y avanzado amor, etc, etc, etc”.

Pero ¡qué se os puede contar a vosotros de todo esto si lo sabéis de sobra, porque devoráis todos los programas, todas las revistas y todas las cuestiones sobre problemática sexual, para ver si encontráis sosiego y fórmula que resuelva algo que da la impresión que aún no está bien resuelto, a pesar de lo amable que es la suegra, o campechano que es el suegro, lo amenos que son los cuñados, lo  maravillosos que los hijos y lo divino que el cónyuge!.

Las fantasías sexuales son como la lava que indica el grado de erupción  de un volcán, su grado de ebullición o quemadura.

Si todos las tenemos es que todos somos volcanes.

Cuando menos, apagados, y cuando más, a punto de erupciones funestas para el orden establecido.

Y si todos somos volcanes es que no somos libres.

Por tanto, la libertad que hay que buscar es ésta.

No vale conformarse con que nos dejen (qué generosos) tener fantasías. ¡Faltaría más!.

Y ¿por qué no  se han de poder realizar  casi todas de las fantasías? ¿a santo de qué?


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