El “hoy por
ti, mañana por mi” volvería a tener vigencia, al desaparecer la competencia;
que es la forma de guerra entre capitalistas en periodos de paz,
transmutando soldados en obreros y muertes en combate en parados,
por eso de tener que ganar la batalla del mercado.
Con la particularidad
de que el ejército vencedor también sufre bajas (despidos,
inseguridad en el trabajo, menores salarios,....) porque así lo exigen los
sesudos estudios económicos.
La
competitividad es ese absurdo capitalista por el cual crear riqueza no es que
donde no hubiera nada aparezca un tomate, sino en ver quien lo vende más
barato.
Todo esto se
podría hacer con o sin dinero.
Pero como todavía las mentes no dan de sí lo
suficiente, pues acéptese que se vaya haciendo con dinero (o tarjetas) al
principio. Pero sin permitir la acumulación, ya que ésta conduce al Capital, el
Capital al afán de multiplicarlo, la multiplicación a la adquisición de Poder,
y el Poder a la aberración de decir y decidir quien trabaja y quien no.
Si lo dicho
parece utópico, recuérdese, pronto o
tarde habrá que elegir:
UTOPÍA O MIOPÍA.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL, de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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