No somos
iguales en la otra vida porque un presunto Dios nos creó y nos acogerá
después de muertos. (Por cierto, que si acoge de diferente forma a buenos y
malos, es que nos considera distintos y nos hizo distintos. Quede ahí
esa contradicción).
No somos
seres superiores a los otros porque al poder optar libremente entre lo bueno
y lo malo, ¡por lo malo! (lo llamado sacrificio) eso nos haga sublimes.
A
nadie se le ocurre pensar que si una clase de perros, porque decidieran
renunciar al principio de placer e incluso, en determinados casos
absurdos- como las guerras- al de supervivencia, iban a ser superiores a los
demás animales y además divinos.
Morimos y
matamos en masa, fundamentalmente, por miedo a que nos maten si no obedecemos o
a que por no cumplir la estúpida norma de turno nos marginen.
Renunciamos
al sexo por miedo a no cumplir las normas que el Poder puso al grupo, pues una
vez instauradas, si no las respetamos, nos convierten en seres despreciables y
despreciados por el resto. Marginados, apartados del grupo.
Es decir, en
ambos casos tememos castigos que golpean contra el instinto de
supervivencia (fuera de la tribu se corren más peligros) e incluso contra el de
placer (que una cosa es que la masturbación no sea pecado y otra que sea el
paraíso).
Todo esto por no hablar del
castigo con que se nos amenaza para el más allá, lo que hace que en el más acá,
el que «no pase nada» se convierta en algo bueno, por contraste.
Así pues, se
ve que no hay nada que en buena lógica nos permita creer firmemente, y tras
razonar, que somos el eslabón de ningún Dios en la Tierra.
Si acaso, por lo que
hacemos, a veces cruel, casi siempre indiferente y en ocasiones despiadado, hay
que preguntarse ¿no seremos el peor de los animales? ¿no seremos el más animal
de los animales? ¿el más estúpido?
Los más
incautos siguen enganchados al espinoso asunto de que tenemos inteligencia y
somos capaces de reír, y que eso debe ser signo de algo sobrenatural.
Pues si
toda la inteligencia que tenemos es esa... ¡como para no reír!.
Porque ¿con
qué cara llamamos inteligencia superior a algo que no nos permite discurrir de
una vez que esa inteligencia, si es tan superior, nos debería llevar a
organizar la vida más inteligentemente?
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