Conozco poco a Mena
en lo que respecta a los aspectos de su vida personal.
Pero quiero hablar
de ella porque tuvo el detalle de acudir al homenaje que me hicieron algunos
compañeros de IU, el 28 de Julio del 2015, porque según ellos mi esfuerzo en la
lucha política lo merecía.
Bueno, tuvo el
detalle de acudir y además, “actuar”, en lo que fue un homenaje añadido e
indirecto.
Porque Mena Martins
gusta de hacer monólogos, y los hace y recita a la perfección.
Y resulta que hacía
decenas de meses yo le había pasado unos posibles textos míos, que me parecía
que podían dar juego, por si buenamente quería usarlos.
No tengo noticias de
que lo hiciera, pero al acabar la agradabilísima cena en el Merenduero de los
Tres Árboles; en el turno de palabras, ella pidió la voz y la vez; derecho que
usó para hacer uno de los monólogos de mi inspiración.
El que demuestra que
Dios no fue un ser libre, y por tanto no es dios, porque elegir que su madre
fuera Virgen en realidad era una imposición de las circunstancias ya que nadie
en su sano juicio elegiría que su madre fuera lo contrario.
El tema es fuerte, y
ello explica posiblemente que los otros escritos no los haya creído convenientes
para ponerlos en escena.
Mena Martins, es una
gran monologuista a la que si necesitan para amenizar una velada o alegrar una
fiesta, o construir un espectáculo deben recurrir.
Pero es que Mena no
es sólo una esplendida monologuista de textos de humor. Y aquí es a donde yo
quería llegar.
Mena es una
impresionante monologuista de actos de solidaridad. Dando en ello un completo
recital.
Desde que existe,
pertenece a la Asociación Stop Desahucios. Y con un arrojo y valentía sin
igual, la pueden ver junto a familias rotas por la vida, perdón, junto a
familias rotas por la banca y los políticos sin alma, para defender sus
derechos, para que no se queden en la calle (y aquí no hay metáfora alguna).
Mena es monologuista
que da magníficos recitales de inteligencia y valentía, y planta cara y sonrisa
y buen semblante a los poderosos, y mientras ellos ponen la cara del que sabe,
ella pone la cara del que quiere.
Del que quiere al
prójimo, del que quiere justicia, del que quiere igualdad.
Con su conducta en
la vida política, en el campo de la lucha democrática, Mena escribe un continuo
monólogo que no puede producir otro sentimiento que admiración. ¡¡Y envidia!!.
Envidia de no poder
tener el coraje de ella, la fuerza y la voluntad de ella.
No se en qué
trabaja, pero seguro que en lo que emprende y hace, recita otro monólogo de
admiración y admirable, por la meticulosidad y profesionalidad con que lo lleve
a cabo.
Metódicamente, y eso
si lo se, pasa a recoger lo que será su piscolabis a media mañana, para reponer
fuerzas allá donde esté entregando su trabajo a la sociedad.
Y va contenta ¡¡vive
Dios!!, con una tenue sonrisa de paz interior absoluta. La buena conciencia sin
duda.
Mena Martins además
es bella.
Bella, una mujer
bella. Y no hace falta ni otro calificativo.
Bella, bella de una
pieza, bella de una belleza maciza, solemne, que se disfruta al verla por
fuera, que se deduce al contemplar su interior.
Bella de una belleza
maciza.
Creo que es
portuguesa, casi seguro que sí. No se si también española.
Portuguesa y en
Zamora, alguien como Viriato.
Con la
determinación, valentía y capacidad de lucha de Viriato.
Con la misión de
luchar, como Viriato, contra las injusticias y la ocupación de la tierra de
nuestros derechos, por los invasores sin escrúpulos del Capitalismo, que nos
han hecho sus esclavos con nuestro propio dinero.
Mena es una mujer
viriatuda.
Bella y viriatuda, y
ante ella me descubro.
Un ejemplo de
persona. Sépase si no se sabe.
Bella, de una
belleza maciza.
Paco
Molina. Zamora. 25 de Agosto del 2016.
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