Debemos ser
conscientes que de lo que se trata es de obtener placer, y como consecuencia,
organizarse, no para prohibirlo, y sí para obtenerlo fácilmente.
Al margen de la
procreación.
Y si como consecuencia de ello se pudiera acabar la especie, eso
es algo que nos debe traer sin cuidado, porque ese no es nuestro problema.
(Salvo que queramos que nos cuiden los de la generación posterior. Mas
esto, obsérvese bien, es instinto de conservación de los individuos, no de la
especie, y menos es Instinto de Reproducción)
En
definitiva, si lo único que tenemos en común son esos dos instintos, si lo que
nos convierte en seres sociables son esos instintos, porque sólo en grupo podemos
alcanzar mejor esos objetivos, cae de cajón que la estructura de cada
sociedad sólo debe tener como tarea común el desarrollar las condiciones que
mejor faciliten la protección y el placer.
Comunes los
fines, también se convertirán en algo común todos aquellos aspectos y trabajos
que lleven a potenciar al máximo los fines comunes.
¿Ha sido así
la vida de las civilizaciones hasta ahora conocidas? En absoluto.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editor desesperadamente.
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