Ayer (30 de Agosto
del 2016) asistí a una charla, o mesa
redonda, que organizó la Universidad Popular de Zamora.
Se trataba de que
varias mujeres comprometidas con lo social hablaran sobre su percepción en
calidad de tales (de mujeres), en el desarrollo de sus vidas.
Resultó harto
interesante, y para complementar lo oído, aporto a continuación algo que es producto
del estudio del feminismo:
“Tal vez conviene aclarar que, cosa no muy conocida,
el feminismo no es homogéneo, existiendo dentro de él, al menos, tres grandes
corrientes: Que repasadas explican por qué algunas feministas pueden ver las
mismas cosas de manera diferente.
Uno de los sectores entiende que la represión del
hombre sobre las mujeres tiene como finalidad principal privar a estas de los
placeres sexuales.
Por tanto, la liberación consistirá en lograr una libertad absoluta en
temas de sexo tanto para machos como para hembras. Consideran que
ambos sexos son exactamente iguales.
Otra corriente sustenta la idea de que el dominio del
macho tiene como meta la explotación sexual de la mujer, con lo que todo
lo que apunte cualquier hombre, en el sentido de mayor libertinaje, es
un truco para hacerles caer a ellas en la trampa de la promiscuidad y por tanto
de la mayor degradación.
Defienden las relaciones sexuales entre mujeres porque
son más puras, en cuanto que van acompañadas de sentimientos y están menos
contaminadas. Para ellas los dos sexos son diferentes de raíz.
El último grupo
ve en la violencia masculina y la desproporcionada distribución de tareas en el
hogar, los inconvenientes fundamentales para la igualdad; que cuando llegue,
mediante la transmisión de valores, proporcionará felicidad y armonía dentro de
las estructuras actuales de la sociedad: matrimonio, familia y conciliación de
la vida familiar y laboral”.
Paco
Molina. Zamora 31 de Agosto del 2016
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