domingo, 7 de agosto de 2016

No confundir diversidad con biodiversidad


No confundir diversidad con biodiversidad

Suele caerse también en el error de considerar la diversidad (de lenguas, de culturas, de religiones) como algo que enriquece a la Humanidad. Cuando exactamente ocurre lo contrario, que empobrece; en cuanto que atonta y quita libertad

Pues ocultan, todas esas diversidades (en el fondo la misma cosa), la libertad que  no tiene  el pueblo.

Chocante que se aplaudan estas variedades y no la variedad en el número de relaciones sexuales, e incluso la variedad dentro de la misma relación, censurando lo contra natura, etc.

 El que haya tantas lenguas y religiones nunca ha sido cosa buscada por las gentes sencillas. 

Toda esa variedad de cosas, que surgieron a la fuerza y no fueron queridas por el pueblo, son un incordio, pues contribuyen a generar  el espejismo con que el Poder Conservador vende el concepto de libertad. 

Sí, porque se pretende hacer  creer que si hay muchas culturas hay mayor libertad, e incluso se nos engaña haciéndonos creer que al poder elegir entre muchas cosas, esa elección, nos hace libres.

Cuando, sin embargo, eso son señuelos que ocultan la verdad: Que no hay libertad; pues no se permite a la persona saciar sus instintos básicos: supervivencia y placer.

Señuelos peligrosísimos, porque hasta los intelectuales mismos creen que la no pluralidad es la uniformidad y por tanto la pérdida de libertad. Lo que no es así.

Ya que tantos contraponen el término uniformidad contra la propuesta expuesta de que la variedad de lenguas, religiones y culturas es más bien un inconveniente que una ventaja, combatamos su argumento. 

Dicen desde sus púlpitos (que no tendrían si dijeran otra cosa), asustándonos:“si no hay diversidad se impone la uniformidad, o sea la falta de libertad, y encima ¿qué uniformidad vendría tras la desaparición de la variedad? ¿qué cultura?”.

Bueno, pues ya que recurren a esa palabra, militarista, para defender su idea, resuélvase el debate hablando de uniformes.

Dicen que es más enriquecedor que haya 1000 personas, de las cuales 200 lleven el uniforme rojo, otras 200 el azul, 200 nuevas el verde, etc. Es decir, que si tenemos 5 ejércitos con 5 uniformes distintos y con doscientos fieles y devotos cada uno, eso es más enriquecedor que el que sólo hubiera un uniforme para las mil personas.

Pues no. 

Aclárese antes que nadie defiende que haya un solo ejército, un solo uniforme y una sola cultura. 

Lo que se defiende es que no haya ningún uniforme (ni militar, ni religioso, ni cultural) es decir, lo que se pregona es la ventaja de que las mil personas estén desnudas.

Que estén desnudas y no que lleven el mismo uniforme, eso es lo que se postula. Y qué bien viene la parábola, porque así, para empezar se sentirán más libres, y además se verán más iguales (rematadamente iguales) y vivirán plenamente una atmósfera de sensualidad, es decir, estarán en el pórtico de la gloria.

Pero, de nuevo la parábola elegida vuelve a ayudar al máximo a la explicación. Pues observen ahora, los más exagerados defensores de las diferencias secundarias, cómo, por arte de birlibirloque, resulta que las personas, estando desnudas, son más distintas unas de otras que estando uniformadas, incluso aunque lleven distintos uniformes.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadadamente 


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