Y aquí
enlazamos con el tema del placer y de cómo te lo escamotean mediante engaño.
¿Te prohíben el sexo? No. Ni que estuvieran locos.
Saltarían todas las alarmas.
Lo que hacen es dártelo a través de algo presuntamente mucho mejor que
el sexo, el amor.
Pues resulta, dicen, que encontrarás a alguien
que te hará sentir superior y feliz y a quien tú le proporcionarás las mismas
sensaciones.
Y después, casados, tendrás garantizada la ración sexual toda la
vida, y encima con quien más te gusta del mundo. (¡Qué chollazo! El problema
del placer, super resuelto).
Y de propina,
la familia que nazca de ese enlace te cuidará y protegerá siempre (¡Eureka! Los
miedos del instinto de conservación espantados).
Aunque, por
si algo fallara, entonces, para que elijas libremente, hacen que
cualquier otra situación sea peor.
¿Cómo? Prohibiendo o dificultando el buscar
placer si en asunto feo caer, y estructurando la sociedad en parejas
¡hasta para ir a recoger el obsequio de la promoción de un champú!.
¿Que quien
quiere hace lo que quiere? Tú sabrás.
Pero si aún
así piensas que cada vez hay más permisividad. Observa.
¿No es incluso
esa palabra síntoma de que se trata de una concesión, ya que el poder prohibía
y ahora va cediendo?
¿Mas, por qué prohibía y para qué? ¿Qué derecho
tenía y tiene a robarnos un instinto, o lo que es peor, que el instinto
siga reclamando su satisfacción y todo sean pegas para satisfacerlo?.
Y aunque unos
cuantos millones de personas lanzadas ya no tengan ese problema ¿no
es cierto que el problema es grave porque es un problema que tiene la inmensa
mayoría?.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.
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