Claro que,
ahora las mujeres podrán decir, poniendo el grito en el cielo:"Pues a mi
no me gustan todos ni por asomo. Más aún, ni aunque quisiera".
Se hablará de
eso, pero vamos antes a repasar indicios, actuales, de que hubo épocas en que a
una mujer cualquiera le iba y le servía (para lograr[se] placer).
Indicio
primero. La celebra frase “El hombre y el oso cuanto más feo más hermoso”.
¿Qué lleva
dentro esa expresión?
Obviamente no
nos está diciendo que a las mujeres les gustan más los feos que los guapos
(sería absurdo) lo que está confesando es que a las hembras de la especie les
gustan hasta los feos, o sea, les gusta cualquiera.
Indicio
segundo. Otra frase. “Del trato y el roce nace el cariño”.
Y el cariño
en la mujer es la antesala de la entrega a los brazos del placer.
Además, ¿qué
valoran las mujeres?.
Dicho por
ellas mismas, “sobre todo que me quieran”, “que muestren interés por mí”,
“sentirme deseada, eso me gusta y me hace a mí sentir deseo”, etc.
Expresiones
todas ellas que confirman que la disposición en las mujeres a que les guste
cualquiera es cosa elemental y constituyente de su ser.
Indicio
tercero. ¿Acaso no confiesan ellas que lo que consideran esencial en un hombre
es que sea tierno?.
Y ¿qué es ser
tierno, a qué equivale ser tierno? A nada.
Es decir,
cuando se le pone como condición al macho, para que guste, que sea al menos
tierno, que es algo que no quiere decir nada, es que al hombre no se le está
exigiendo nada.
Se dice que
ser tierno no es nada en el sentido de que tierno, de hecho, lo
es todo el mundo en algún momento, o más acertadamente, cuando la mujer pide
un hombre tierno lo que solicita es cariño y no violencia, unido todo a una
cierta característica de niño juguetón; o sea lo que es todo hombre (....si no
fuera porque la cultura, la civilización y la agresividad del tipo de sociedad
actual, no le deja ser así, dada la tensión creada en el ambiente).
Cuarto
indicio. La constancia de que en muchos matrimonios de conveniencia, no habiendo sido la mujer más que un objeto
pasivo (como cualquier mercancía), después, ella llegó a enamorarse de quien
la poseyó (en cuerpo por la compra y en alma por el trato).
Es decir, sin
haber elegido ni por asomo a la pareja, la mujer, a pesar de todo, acabó encantada.
Está pues
capacitada para gozar con cualquiera.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco
Molina ,que busca editorial desesperadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario