Despidamos
este apartado recordando una evidencia más, que confirma la tesis de que la
mujer puede gozar con cualquiera.
¿Por qué si se interpretan los sueños no se
van a interpretar las fantasías, que son los sueños del despierto?
¿No es
verdad que la mayoría, dentro de sus fantasías, suelen manifestar que imaginan
que están con desconocidos?
¿Por qué con desconocidos? Hay que preguntarse.
Y
la respuesta sale sola.
Para empezar, la relación sexual con un desconocido no
supone, ni acarrea todos los problemas que pueden traer los roces con alguien
identificable (incluido el marido), es decir, se quiere huir, en la fantasía,
de los problemas de índole social que se puedan derivar, se quiere huir de la
represión sexual.
Y además, imaginarse
haciendo el amor sin tregua con desconocidos es la confirmación radical
de que se puede y se quiere hacer con cualquiera, sin necesidad de mayores virtudes
del sujeto.
Del libro LA ESTAFA SEXUAL, de Paco Molina, que busca editorial desespèradamente.
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