Utilizar el
término conservador para hablar de quien, en cualquier época, defendió
que todo era así porque no podía ser de otra manera, parece correcto.
En ese grupo
están los directamente beneficiados por ese orden de cosas (el Poder de turno y
sus aledaños) y también parte de los engañados, (carentes estos de todo y por
tanto más estafados que nadie por el pensamiento único del momento, puesto
que aunque les perjudica lo comparten).
Porque ojo,
los valores que se usaron a lo largo de los siglos por los poderosos para
engatusar a los pueblos siempre han formado parte de los Mandamientos del
Pensamiento Único de la época.
Eran mentiras que se magnificaban y reforzaban,
vendiéndolas como excelsos principios de la civilización de turno, y si
con la ley de la fuerza no se imponían, trataban de imponerlas como si
fueran deseos de los dioses.
Recuérdese que el Poder, mientras pudo, no dudó en
utilizar la mayor de las mentiras,
diciendo que era el traductor de los designios de Dios.
Pero, como
esos valores se resistían a entrar en todas las cabezas, aparece, tras la
Ilustración, el poder convincente de la Ciencia no-libre, para mantener
la estafa.
Y dentro de
esa batalla de los valores, los conservadores del Orden Imperante
siempre vieron útil e imprescindible el prohibir la búsqueda del Placer de los
Placeres .
El motivo por
el cual el Poder sabe o intuye que la Represión Sexual le ayuda a domar
a los pueblos no es el fin de este libro, pero hay autores como William Reich
(“La función del orgasmo”) que tienen solvente literatura sobre la cuestión.
Puede parecer
discutible, esto de que las clases poderosas usan la represión sexual como
látigo que favorece el dominio del pueblo, porque a las alturas que estamos
hay gobiernos conservador-liberales bastante permisivos, y además los ricos
siempre han sido los más puteros.
Pero no hay contradicción en ello
porque....
Del libro LA ESTAFA SEXUAl de Paco Molina, que busca una editorial desesperadamente.
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