Es fácil que en
ninguna parte del mundo exista un monumento a Perogrullo.
Perogrullo es aquél
personaje que se hizo famoso diciendo “perogrulladas” (cosas que caen de cajón
o que son evidentes de puro tontas)´
Pues bien, sugiero
al Ayuntamiento de Zamora que haga (a través de alguno de nuestros famosos
escultores) una estatua a Perogrullo. Podría dar juego.
Ahora bien ¿Por qué
hay que tener presente, en esta ocasión, a Perogrullo?
Porque parece que
muchos sujetos metidos en política se han olvidado de una monumental
perogrullada.
Que el Poder se
llama Poder porque puede. Y ya lo creo que puede.
En las elecciones
generales del año pasado (20D del 2015)
Los resultados
dieron un susto de aúpa a los poderosos.
Se les aceleró el
ritmo cardiaco con los más de 5 millones de votos de PODEMOS, a quien daban por
controlado según las últimas encuestas y todos los ataques.
Se les heló la
sangre con el raquítico crecimiento de Ciudadanos, que encima no suplió el
hundimiento esperado del PP. Partido Popular herido de muerte por su política y
sus políticos, tan presuntos ellos.
Incluso la caída del
PSOE les cogió con el pie cambiado, porque siendo grande, no lo fue del todo.
Y respecto a las
casquivanas políticas de los nacionalistas, no podían hacer nada para
evitarlas.
Encima, sobre el
tablero apareció el fantasma de un acuerdo PSOE-PODEMOS-IU, que tras conseguir
la investidura sería dejado gobernar en casi todo por los nacionalistas de
derecha.
Esto último, no ha
cambio de hacer un referéndum sobre las autonomías, sino porque esos
nacionalistas son la derecha civilizada que necesita España.
Y empezó a contar el
reloj para la constitución de un Gobierno. Como al principio no había prisa
nadie se dio prisa, y entonces, el Poder, mientras todos celebrábamos la
Nochevieja como siempre, con un mata-suegras en la mano, ellos se reunieron a
trabajar, con un “mata-cambios” entre ceja y ceja.
E inventaron y
llevaron a buen puerto el acuerdo para una Segunda Transición (controlada como
la Primera) entre PSOE y Ciudadanos.
Un pacto para
transformar las cosas, quitando las malas y potenciando las buenas sin cambios
en lo económico (Capitalismo Utópico).
Y así estamos,
jugando a una ruleta rusa en la que en vez de que el revólver sólo tenga una
bala, en este caso sólo tiene un hueco sin bala.
El Poder ha podido.
O no hay elecciones, a cambio de renunciar a un Gobierno de cambio que
introdujera cambios, o las hay para ver si PP y Ciudadanos nos llevan mediante
una nueva transición con mayoría absoluta, al desastre.
Alguien ha engañado
al PSOE o alguien del PSOE está engañando al PSOE.
Y mientras, en un
rincón olvidado, se agiganta un gran hombre, Alberto Garzón.
Paco
Molina. Zamora. 5 de Abril del 2016
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