(DE la entrevista en Duererías a Paco Molina en el año 2006)
3.- Filosofía y
Política tienen en común, al menos, que parecen ser elementos constitutivos de lo
humano: no es posible dejar de ser un animal político como decía Aristóteles, y
tampoco es posible vivir como hombres sin filosofar. Sin embargo, tradicionalmente
se ha entendido que si bien la política se "ensucia las manos" con la
práctica, filosofía se "refugia" en los cielos de la teoría. ¿Puede existir
una filosofía al margen de la praxis?
Ya lo creo que puede
existir "filosofía al margen de la praxis"; de hecho es así como
existe, y está tan bien considerada precisamente porque existe así, viviendo en
un limbo.
Otro gallo le
cantara si, no solo se manchara las manos metiéndose en harina, en esa con la cual
se hace el pan nuestro de cada día, sino que además se dedicara a ensuciar los
cerebros, hasta ahora tan bien lavados de la gente.
Porque el Poder, con
la filosofía vigente, la consagrada, aprovecha para someter al pueblo a un imprescindible
lavado de cerebro.
Basta ver cómo el
Poder da cuerda a aquellos filósofos que convertidos en Agamenones, van a
vomitar ideas que a quien manda le interesan
Conocida es la frase
de que la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero, que nos alerta
sobre que hoy día se está dando por bueno lo que dice el de sabio, y por falso
lo que dice el pueblo; cuando el de “sabio” es un título que otorga el Poder a
quien le interesa que aparezca ante la gente como tal .
(Obsérvese como
"los mejores" filósofos lo son en la medida en que no se manchan las manos).
4.- ¿Qué aspectos
del Marx filósofo y político siguen siendo urgentes y, sin embargo, parecen
olvidados?
Marx, como filósofo,
concibe una sociedad completamente distinta, en la que por poner un ejemplo,
podría no existir ni la familia; por eso propone acabar con el Estado, que es
la camisa de fuerza que usan los poderosos para tener sujeto al pueblo y
controlar sus ansias de libertad.
Sin embargo, como
bien sospecha quien pregunta, al final se está presentando a Marx como un simple
economista que tiene la receta para que en un mundo capitalista todo vaya bien.
Un disparate claro. Y
por eso las piezas no le encajan a la gente. Para Marx la economía era el nudo gordiano
donde hay que golpear para romper el yugo y que el animal humano pueda vivir ¿libre!,
conforme a su naturaleza; no alienado, o sea no representando -en el sentido
teatral- una personalidad ajena a su esencia, un papel insoportable para su
condición.
¿Qué hace un animal
jugando a ser divino? Enloquecer (la violencia, tan variada y latente, es el
efecto enfermizo de esa causa).
Esta pregunta de
Duererías, por cierto permite enlazar con la anterior, porque un pecado de la
izquierda actual es que filosofa poco, con lo que va sin brújula.
Recordemos que en
los manuales para uso de brújulas no dice que hay que ir siempre al Norte, pero
si saber dónde está , y algunos lo han perdido.
Podríamos decir que
en estos tiempos las gentes de izquierda, y sus formaciones, por un lado santifican
a sus teóricos, pero para, puestos en un pedestal, no hacerles caso; mientras por
otro lado no dejan alumbrar nada que no hayan dicho los anteriormente “santificados”.
Una peligrosa paradoja.
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