lunes, 25 de abril de 2016

LA PERPETUACIÓN EN LOS CARGOS Y MR. HYDE

LA PERPETUACIÓN EN LOS CARGOS Y MR. HYDE

Quiso esta vez la Teoría del Caos (todo ocurre de casualidad, de carambola, de chamba) que se me ocurriera leer el relato titulado “El Doctor Jekyll y Mr. Hyde”, y que por los mismos días una amiga me hiciera la observación de que los hombres, a medida que cumplimos años, nos volvíamos más cascarrabias.

En honor a ella (y mío) diré que me exceptuó de la regla y que no usó el término cascarrabias.

Leí el libro citado porque era corto, ya que por lo demás creía que “ya lo sabía”.

Y no lo sabía, pues resulta que lo más interesante lo ignoraba (al margen de que tal vez sólo pretenda ser una novela de intriga).

El Dr. Jekyll descubre una pócima o brebaje, por la cual puede pasar a ser Mr. Hyde.

La ventaja del invento era que el Doctor, por razón de su educación y estatus social, llevaba una vida “reprimida”; mientras que convertido en Mr. Hyde podía chapotear en la ciénaga de las bajas pasiones y perversos instintos (ser un depravado, vamos).

Otra ventaja para el civilizado Doctor J. es que la pócima funcionaba perfectamente y a su gusto. Si era Jekyll y la tomaba, pasaba a ser Hyde, y si era el malo que llevaba dentro y la tomaba, volvía a ser el bueno que debía ser.

Hasta aquí lo que sabíamos todos. Pero para mi la novedad estuvo en que me enteré de que la pócima iba perdiendo reversibilidad, es decir, si la tomaba el hombre bueno se convertía enseguida en malo, pero el recorrido contrario, pasar de malo a bueno, cada vez se hacía más difícil, no funcionaba. En resumen, que cada vez y durante más tiempo, prevalecía lo malo del Doctor sobre lo bueno.

Reparen ahora en lo que dijo mi amiga (y que debe ser sabiduría popular) “los machos, cuantos más años tienen se vuelven más insoportables e impresentables”.

Es decir es como si de jóvenes pudiéramos controlar nuestro lado malo (o torpe), y luego, la edad, como la pócima del Doctor Jekyll, hiciera que fuera predominando el lado malo sobre el bueno.

Piensen ahora ustedes en estos personajes corruptos que vemos por la televisión y que encima  se comportan, o comportaban hasta ser descubiertos, esperpénticamente, en mítines y fiestas locales.

Que entraran en política para vivir mejor o del cuento, es fácil, pero no creo que llevaran ya entre ceja y ceja, el enriquecimiento ilícito.

Más bien, ha debido de ser su perpetuación en el cargo (todos han sido cargos públicos por décadas) lo que les ha debido hacer abusar del Poder más y más. Con razón dice el pueblo: “Todo poder abusa y el poder absoluto, absolutamente”.

Y tanta impunidad han tenido sus actos que no sólo han robado sino que han tornado su personalidad en algo grotesco, histriónico, payasil del todo (¿Han visto sus mítines y su comportamientos en las fiestas locales?).

Eso se explica porque sin duda la pócima del Poder ha ido perdiendo efecto, y a fuerza de ser mala gente, no han podido volver a la normalidad y buen comportamiento, cuando han querido.

Cuando uno se porta mal un poquito, pero repite una y otra vez, llega un momento en que la excepción en su vida es que se porte bien. De hecho el Doctor Jekyll tuvo que suicidarse para evitar la existencia de su doble perverso, el Señor Hyde, que se había hecho preponderante.


A lo mejor hay que limitar los mandatos de los cargos públicos. 

Paco Molina. Zamora.25 de Abril del 2016

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