Fragmento de una entrevista de la Revista de Filosofía DUERERÍAS a Paco Molina en el año 2006
5.-El socialismo, a
lo largo de su historia, ha tratado de establecer lo que aparentemente seria la
“cuadratura del círculo": a mas igualdad, mayor libertad, a más libertad
mayor igualdad. Es este un mensaje posible o simplemente se trata de una
quimera o una contradicción? ¿Cuál cree usted que debe y puede ser el lugar de
la izquierda en la sociedad globalizada actual.
"A más igualdad
más libertad y a más libertad más igualdad", es una verdad de Perogrullo
que sin embargo parece la cuadratura del círculo, precisamente por el lavado de
de cerebro que el Poder ha ejercido
sobre las gentes (con ayuda, entre otros, con perdón, de ciertos filósofos; por
no hablar de curas, científicos y Agamenones, amén de los ejércitos, que siempre
coma mejor entra la letra es con sangre).
¿Por qué a más
igualdad más libertad? Porque lo que destrozo la libertad fue la desigualdad.
Para que el rico lo
siga siendo, con coda la libertad que eso conlleva, es necesario que exista el
proletario que trabaja para él. Y al revés, tiene que existir alguien sin
libertad que tenga que ir al mercado de trabajo -donde en vez de lechugas se
vende la fuerza de trabajo- a ver qué capitalista le compra su capacidad de
producir riqueza para llegar al día siguiente.
¿Por qué a más
libertad más igualdad? Elemental; si todos fuéramos libres en la misma medida,
veríamos que todos queremos lo mismo, dejando en evidencia que somos iguales:
Animales con dos únicos instintos básicos que satisfacer, el de supervivencia y
el de placer. (Basta observar a los que gracias a las desigualdades tienen más libertad para
comprobar a qué monte tira la cabra).
6.-
¿Llegada la hora de rediseñar el modelo territorial del Estado en España, cuál
es, a su juicio, el más adecuado: Estado federal, Estado Autonómico, Estado
Centralizado (como en Francia), etc. ¿No cree que determinados modelos, como el
autonómico por ejemplo, conducen al incremento de la desigualdad y a la instauración
del privilegio, fomentando la aparición de dos clases de ciudadanos: ciudadanos
de primera, habitantes de las comunidades antes "periféricas" y ahora
“preferentes", y ciudadanos de segunda, entre quienes cabría incluir no solo
a inmigrantes y desempleados (el empleo precario es una nueva forma de desempleo) sino también a los que viven
en comunidades desfavorecidas, como Castilla y León?
Aprovechemos para
marcar las diferencias entre Estado Federal y Confederal, que es de temer que
no todo el mundo tenga claras.
El Estado es Confederal
cuando en él conviven varios como si de una pareja de hecho se tratara, juntos
pero sin ningún vinculo burocrático por encima.
Es
decir, que un estado confederado puede decir a los compañeros de confederación,
cuando le plazca, “si os he visto no me acuerdo”, y no pasa nada.
Mientras
que un Estado Federal es como un amor pasado por la sacristía o el salón de plenos;
en él los estados miembros han aprobado previamente una constitución, por
encima de ellos, que les obliga a cumplir unos requisitos para separarse de los
otros si alguno decide largarse. No es tan fácil salirse Federación pues. Respecto
a lo más concreto de la pregunta trataré de desfacer el entuerto que la
paradoja "internacionalismo-localismo" presenta. Cualquier impulso
izquierdista debe tender al "internacionalismo" para desembocar así
en la única verdad: Que solo hay división en clases sociales y no entre
naciones, y por tanto es contra aquella división contra la que hay que luchar verdaderamente.
Sin
embargo, la ideología dominante ha conseguido encuadrarnos en familias, patrias
chicas, patrias grandes, coaliciones, imperios, etc. Y lo han logrado con tal
virulencia que hay izquierdas muy de su pueblo, y de su idioma y de su equipo
de fútbol.
Cosa
disculpable, porque nace siglos, el imperio, al extenderse, trataba de imprimir
la misma filosofía (si, filosofía) de vida y la misma lengua en todos los
territorios conquistados, con lo que por lógico instinto, lo que pegaba era
oponerse a eso, y ahí siguen algunos (más de los que se cree).
De
ahí nace el problema de las nacionalidades históricas e histéricas: bien
entendido que lo de histéricas no significa que no deban ser atendidas, sino
todo lo contrario, la histeria es una enfermedad de verdad aunque no afecte a
ningún órgano palpable, y por tanto hay que afrontarla.
Sea
bien venido por tanto el modelo Federal como transitorio (hasta que no haya
fronteras); porque además no crearía diferencias en clases sociales, que ya
existen, sino que por el contrario, cuando en una de la autonomías o regiones
federadas, un gobierno de izquierdas, limara esas diferencias, podría contagiar
a otras en cuanto a quién votar.
El
buen ejemplo de la nacionalidad de al lado podría acelerar el cambio de voto
hacia la izquierda real en mi autonomía.
Pero
hay más; aún equivocándose la izquierda en este tema, acierta: Porque las
sociedades del futuro han de ser ecológicas, es decir pequeñas en lo que
respecta a la resolución de los problemas económicos -nada de vender vivo de
Toro en la Conchinchina-; además así será posible el desarme absoluto, pues
Navarra, pongamos por caso, nunca sería un superpotencia que querría invadirnos
con su poderoso ejército, etc. etc.
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