viernes, 26 de agosto de 2016

El Poder aprieta pero no ahoga.


El Poder aprieta pero no ahoga.

Y aquí enlazamos con el tema del placer y de cómo te lo escamotean mediante engaño. 

¿Te prohíben el sexo? No. Ni que estuvieran locos. 

Saltarían todas las alarmas. Lo que hacen es dártelo a través de algo presuntamente mucho mejor que el sexo, el amor. 

Pues resulta, dicen, que encontrarás a alguien que te hará sentir superior y feliz y a quien tú le proporcionarás las mismas sensaciones. 

Y después, casados, tendrás garantizada la ración sexual toda la vida, y encima con quien más te gusta del mundo. (¡Qué chollazo! El problema del  placer, super resuelto).

Y de propina, la familia que nazca de ese enlace te cuidará y protegerá siempre (¡Eureka! Los miedos del instinto de conservación espantados).

Aunque, por si algo fallara, entonces, para que elijas libremente, hacen que cualquier otra situación sea peor. 

¿Cómo? Prohibiendo o dificultando el buscar placer si en asunto feo caer, y estructurando la sociedad en parejas ¡hasta para ir a recoger el obsequio de la promoción de un champú!. 

¿Que quien quiere hace lo que quiere? Tú sabrás.

Pero si aún así piensas que cada vez hay más permisividad. Observa. 

¿No es incluso esa palabra síntoma de que se trata de una concesión, ya que el poder prohibía y ahora va cediendo

¿Mas, por qué prohibía y para qué? ¿Qué derecho tenía y tiene a robarnos un instinto, o lo que es peor, que el instinto siga reclamando su satisfacción y todo sean pegas para satisfacerlo?.

Y aunque unos cuantos millones de personas lanzadas ya no tengan ese problema ¿no es cierto que el problema es grave porque es un problema que tiene la inmensa mayoría?.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.

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