domingo, 14 de agosto de 2016

El Poder prohíbe el placer sexual


El Poder prohíbe el placer sexual

En cierto momento de la evolución de la especie algún tipo de Poder vio útil el maldecir la búsqueda colectiva y pública del placer sexual, y decidió prohibirlo.

Nace así el concepto de posesión de la mujer por parte del macho al convertirla en esposa (sea una o sean varias). 

Posesión que se rige por las reglas de la prostitución (compra-venta) pero en la versión del pago por igualas (“me das tu servicio sexual, me das hijos y cuidas de mi alimentación y casa, y yo, a cambio, te mantengo y protejo”, estableció el macho). 

Estando la diferencia entre mujer-pública y privada en que aquella no concede el usufructo de su cuerpo en exclusiva, mientras la fiel esposa sí.

Da la impresión, no obstante, que mantener al ganado (machos y hembras) como si no lo fuera, debió de resultar difícil, y violaciones, adulterios, y otras formas de buscar placer, como la homosexualidad masculina y femenina, exigieron aunar esfuerzos en el empeño represivo. 
Posiblemente así y por eso, el Poder decidió fomentar o inventar o permitir los brotes religiosos que le convenían y en consecuencia potenció las religiones hoy vigentes.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL, de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.

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