domingo, 21 de agosto de 2016

LUCHEMOS POR LO COMÚN

LUCHEMOS POR
                                                   LO COMÚN


“A veces el bosque no
nos deja ver los árboles, sobre
todo si son alcornoques”

Parece ser que si una cierta clase de perros fuera "libre", al estilo que se nos cuenta, usaría su libertad para renunciar a sus instintos
Por supuesto que, fundamentalmente al de placer (que esa sí que es renuncia para empezar). 
Es decir, si en los días de celo, el perro y la perra, optan por hacer como si nada, entonces, acontecimiento tan grandioso (basado en el sacrificio) sería la prueba palpable de que esos perros son, junto con la humana que hace las mismas cosas raras, una raza superior elegida por Dios.

Esta es la base de las sesudas tesis teológicas: Somos los únicos animales libres, porque somos los únicos que podemos privarnos de lo que nos gusta (¿existe libertad más absurda?), y esa libertad prueba que Dios existe.¡Genial!.

O sea, si un perro consigue llevar una vida más perra aún, eso sería porque es un ser superior. 

No digamos nada si además de renunciar al placer durante el celo, optara también por sacrificarse hasta morir o  matar a  otros perros, obedeciendo a un tercero, y ello en nombre del honor, o de la dignidad, o por su patria, o porque se lo pide el Rey de los Perros.

Otra prueba de que esta inteligencia estaría hecha por Dios, a su imagen y semejanza, sería que esos perros dijeran que todos son iguales pero vivieran como si no lo fueran. 

Aceptando, que haya reyes que son superiores por cuna, patronos que lo son por capital (dando y quitando trabajo), dinero que marca las clases sociales, e incluso aceptando, a pesar de su supuesta inteligencia superior, que se dedique prácticamente toda la perra existencia a trabajar por el progreso, el desarrollo y el presunto enriquecimiento sin límite (que nunca llega).

Otra muestra, de su carácter de seres superiores y divinos, sería el que tendrían un instinto u olfato  que les haría percibir una cierta religiosidad en el ambiente; lo que les llevaría a creer (o tener Fe) en mil dioses (de entrada), luego en uno sólo, pero sin especificar cual, y por último a adorar, monoteistas, al Dios-Dinero, que ese sí, dándole un poco de tiempo al tiempo, será ya el único en todas las latitudes.

Todo eso además, aceptando los inteligentes perros que si hoy en día hay 12 religiones de una cierta entidad, al menos 11 son falsas. Y doce, que nadie se engañe, NO-verdaderas.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL, de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.


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