miércoles, 17 de agosto de 2016

Guasa.


Guasa.

Claro que, a este respeto de la izquierda por la Represión Sexual, se le puede dar otra explicación. 

Que realmente exista Dios (en la versión que sea) y que visto lo bueno que es el juego sexual esté envidioso porque, al ser Espíritu Puro, no  puede disfrutar el placer del sexo, y entonces, encolerizado, decide prohibirlo.

 Aunque eso sea someter a los mortales a la Única Ley Antinatura que existe, e inventando así, paradójicamente, el acto contra-natura por excelencia, la Represión Sexual, que va desde el máximo sacrificio (de los sacerdotes, monjas y similares) hasta el sacrificio más llevadero de cada oveja con su pareja.


Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.

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