martes, 23 de agosto de 2016

Tolerancia.


Tolerancia.

A las religiones no habría que perseguirlas. 

Bastaría con no subvencionarlas, ni reirles las gracias. 

Por lo demás, en cuanto tuvieran que predicar pagándose ellas los predicadores, y por encima de todo, cuando las gentes, incluidos los mil y un clérigos de tantas doctrinas, comprobaran que también tenían que hacer ese mínimo de trabajo imprescindible, y que luego encontrarían la libertad de verdad, pronto verían esfumárseles la vocación.

Del libro LA ESTAFA SEXUAL de Paco Molina, que busca editorial desesperadamente.




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