LA PLAZA DEL FRESCO
CRIA CUERVOS
Lo del Concejal Paco Molina con
el megáfono diciendo “NO” al aparcamiento bajo tierra en la Avenida de las Tres
Cruces parecía que nadie lo iba a igualar pero los favorables a ese parking
pueden incluso superarlo.
Y es que todo lo malo se contagia
que dice el dicho.
Porque hay que tener una moral de
combate a prueba de sentido común para resucitar ese tema cuando estamos
viviendo una crisis económica que va a impedir que muchas empresas
constructoras tomen el turrón e incluso la dos y pingada.
Porque hay que ser de un
optimismo insultante para que, cuando aún no han empezado el parking del
Clínico, mucho menor, querer poner la primera piedra (el primer destrozo) del
inmenso que iría en esa avenida que tan bien va sin necesidad de nada.
Porque hay que ser muy osado para
no hacer las cosas “de una en una” para aprender y ver, por ejemplo, que el
agujerito que están haciendo en la Universidad Laboral, pequeñísimo por
comparación, lleva 4 meses de pico y pala porque han encontrado roca y no hay
tu tía.
Pero lo mejor de todo está en uno
de los argumentos que citan los “proparkinistas”. Según ellos muchas personas
que firmaron por el NO, ahora quieren el Si, porque vieron sus hijos en
Navidad, y les dijeron: “Pero padres, cómo habéis dicho que no a una obra que
os va a revalorizar el piso. Total son 4 años de pasarlas canutas pero luego,
la casa va a valer más”.
Así que viva el sacrificio,
parecen pedir los descendientes a sus mayores en pro de una mejor herencia. Menos
mal que salvo salvedad será un bulo.
Publicado en La Voz de Zamora el año 2009
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