sábado, 15 de agosto de 2015

JOSÉ RAMÓN ZAMORA MARTÍN. Profesor de Literatura

Y  llegamos a José Ramón Zamora Martín.

El hombre orquesta como vais  a oír.     ¡José, chufla!

La vinculación de José Ramón con la Universidad Laboral es excesiva.

Baste decir que llegó aquí y aunque todo estaba prohibido aprovechó un vacío legal –siempre ha estado muy puesto en todo- respecto a esto del acoso sentimental en el trabajo o así, y le dijo a una interina:

“Si me cuentas “tu” historia te enseño “mi” lengua”, y así empezó el histórico hermanamiento entre los departamentos de Geografía y Literatura, tan curioso en este centro.

Eso si, se tuvieron que casar, que aquellos eran tiempos en que todos los ligues iban en serio, que no en vano lo advertía el refrán

“La cántabra cuando besa, es que besa de verdad”

Conquistado un corazón, José Ramón, incansable, optó por conquistar todo lo demás y… 

Aquí donde lo tenéis: ha regado con el sudor de su frente las paredes de este Instituto y ha ocupado en él todos los cargos habidos y por haber;
tal vez por eso él entraba aquí con cara de señor serio, como para imponer, pero si le hacías “cosquillas” descuida que no te daba una bofetada y seguro que estallaba en una risa pícara.

Esa risa pícara de los profundamente capaces de coger cualquier matiz.

José Ramón es un superdotado, con deciros que en su casa hace hasta de “butanero”.

En serio; a parte de su dominio de la lengua- como asignatura, que lo demás no nos consta- José Ramón lo mismo….
te descarga una película de Internet, que te pela unas gambas, que te pinta una pared, que te riega unos tiestos, que te hace una foto artística, que te canta un  miserere, que te acopla el butano

Todos le echaremos de menos, menos su mujer que está deseando que deje el pluriempleo y se dedique sólo a lo del butano, o sea a las tareas del hogar.

Esa voz grave, de barítono del miserere, esa voz de tenor del orden, que en los claustros nos decía lo que había que hacer para que todo fuera mejor, medidas acertadas siempre aunque no han dado aún su fruto, la echaremos de menos.

Como eres de literatura sabes lo que es una licencia poética;
pues bien si hubiéramos optado por identificaros a cada uno de los 7 con un día de la semana, te habríamos emparejado a ti con el Domingo, el Día del Señor: solemne, festivo y un placer.

Un placer haberte conocido.

Canta a partir de ahora en vez del miserere,  “el alegrerere” y cantémoslo todos


Brindemos por José Ramón 

5 comentarios:

  1. El País Dels Pirineus. ( Ex-alumno )22 de agosto de 2015, 3:34

    Lo recuerdo con mucho cariño, muy cercano a los deseos de los alumnos y con un trato con ellos muy agradable; una persona que recuerdas entre los cientos de ellas que conoces en cada época de tu vida. Su mujer ( mil disculpas por no acordarme de su nombre ) nos daba Historia del Arte, de baja maternal, nos había dicho que cierto temario no entraría en un examen, el/la substituto/a, que sí; días y días acudiendo a su casa, frente a la Laboral, para librarnos de estudiar esos temas ( ¡ Qué paciencia, la suya ! ) y, con la nunca bien agradecida ayuda de José Ramón, lo logramos. Pero la anécdota más perenne es su fidelidad a los Celtas Cortos que, cuando se quedaba sin tabaco ( más a menudo de lo reglamentario ) le dábamos un Ducados y él, sin ningún pudor, le quitaba la boquilla . . . p'a matarlo, pensábamos nosotros. Una gran persona, José Ramón. Un ex-alumno.

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  2. Se llama Asunción, y por ahí también puedes ver su semblanza

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  3. Asun y José Ramón son dos de esas personas que han dejado una profunda huella en todos los que les conocimos y fuimos sus estudiantes. Como lo hizo Paco.

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  4. En nombre de ellos, en nombre de todos, muchísimas gracias

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  5. Inolvidable José Ramón: Estoy leyendo esta bonita égloga que te dirige nuestro querido "compa" Paco Molina, y paradojas de la vida, aquí celebrando tu jubilación y ayer 1 de mayo de 2021, con tristeza asistí a tu entierro, Yo, Pilar, tengo muy bonitos recuerdos tuyos, trabajaba en la Secretaría de la U.Laboral, eras mi Director y cómo te gustaba que los escritos que te presentaba a la firma fueran bien redactados, me los corregías a menudo y aprendí mucho de tí.
    Alli donde estés, descansa en paz. No te olvidaremos.

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