jueves, 20 de agosto de 2015

TORTURA Y JUSTICIA

LA PLAZA DEL FRESCO

TORTURA Y JUSTICIA

El Mercado Medieval ha tenido un éxito apoteósico (salvo para los vendedores, pero claro la crisis es la crisis).

Le está ocurriendo al Ayuntamiento de Zamora que lo que hace mal o no hace, en otros ámbitos, en los de animar la calle lo está bordando.

El Verano Musical, el S. Pedro insípido pero callejero, la magia de Septiembre y ahora esto, por  no hablar del Castillo gratuito, le está permitiendo hacer disfrutar al respetable del aire libre, dándole una calle viva.

Pero volvamos ahora con el Mercado Medieval. Se supone que fue la Divina Providencia, pero fue divina, la que hizo que los antiguos instrumentos de tortura que exponían estos “ciudadanos medievales” estuvieran frente al Palacio de Justicia.

Bien es verdad que la mayoría eran utensilios de la intrusa Justicia de la Inquisición, de los de la Iglesia, de los del No al Aborto que defienden al “no nacido” pero no al “mal nacido”.

Allí, entre otras lindezas de la tortura (posiblemente no haya mayor tortura que la tortura) estaba, rampante e insultante, un garrote vil.

Un garrote vil con una punta roma y que por tanto era difícil que le diera la puntilla al reo sin antes destrozarle la nuca por presión y sin clavarse en el pescuezo del ajusticiado.

En su época la Justicia podía condenar a alguien al garrote vil ¡qué bestiada!. 

Hoy día no, lo que demuestra que si el Derecho va cambiando es que todo es relativo, nada es fijo, ni inamovible, ni inmutable. 
Amén


 Publicado en La Voz de Zamnora el año 2009

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