miércoles, 27 de enero de 2016

POCHOS POR LA PATRIA

POCHOS POR LA PATRIA

En el “todo por la patria” de la puerta de los cuarteles, se refiere a que por ella (la madre patria) hay que "darlo todo” o “posponerlo todo”.

Y ese todo se refiere a los principios.

Por la madre-patria (y esto que quede claro, por la madre-patria y no por la patria-chica) es por quién hay que darlo todo: y todo es  todo, o sea, nada hay por encima de la patria: ni religión, ni familia, ni amor, ni egoísmo, ni supervivencia, ni paternidad, ni, ni, ni,…. ningún principio por encima del principio "patria”.

 Antes de seguir se señala y subraya el hecho terminológico de madre-patria y patria-chica.

Qué bien están buscadas las palabras "de arrope" a la esencial, a la palabra patria.

En un caso, la madre-patria, queda claro cuál es la esencial, la patria, por la cual hay que morir y matar, cuando lo diga, es de suponer el padre-patria (el Poder).

Mientras lo de "la patria-chica" también es diáfano, se trata de un sentimiento pasional (juvenil, enamoradizo, de chulería) pero que nunca debe superar lo esencial, el total, el definitivo, el amor a la madre... que tiene tela.

Queda hasta aquí explicado el mensaje subliminal (y evidente a la vez) del "Todo por la patria" que está expuesto en la entrada de los cuarteles.

La palabra “todo” se refiere a los principios: no debe haber un mandamiento más rotundo que el de subordinar el alma a la patria.

Por lo mismo, queda ahora claro por qué el poder optó en su día por el "todo por la patria", en vez de por el "todos por la patria".

Indudablemente es más fuerte y definitivo el todo (lo que sea) por la patria que el todos (personas) por lo mismo.

Por eso (por no ser necesarios todos) y muchas cosas más, no todos debían prepararse para "matar y morir" por la patria.

Por ejemplo no eran necesarias las mujeres, no eran necesarios los ricos —hubo épocas en que pagando se libraban de la mili— y tampoco eran necesarios los que, sin ánimo de ofender, pero si para si para resumir, vamos a llamar “pochos”.

Pero el consejo de ministros antes de la era del "cambio sobre el cambio" (frase que suena como ese villancico de "campana sobre campana") decidió que a la mili también fueran los miopazos, los pies pianos y los que no aprueben primero de carrera a la primera (o sea, los pochos).

Esta medida, una vez que el pueblo en votación soberana, no apoyó al no a la mili y el no a las guerras, es decir, una vez que se ha aceptado —al menos por cuatro años mas que hay que morir y matar por la patria, porque los humanos no tenemos arreglo, pues bien esta medida hay que aceptarla como muy buena.

Véase el por qué:

La medida la aplican en la época del cambio, o sea que con ella se llega al "todos por la patria", pero ahora, en la nueva época del "cambio sobre el cambio". es fácil que este Presidente del Gobierno, decida en próxima ley, que los sanos no vayan a la mili ¡come debe ser!.

 A la mili sólo deben de ir los pochos, porque a la mili se va para "matar y morir" en potencia (por la patria. la OTAN o para pacificar, pero quieras que no para "matar y morir").

Así las cosas, dado que las armas de hoy en día suplen las carencias físicas (se puede bombardear a ciegas... así que se preparen los de la Once), qué mayor hallazgo económico-psicológico que poner en primera línea de fuego a los pochos.

Así si hay alguna pérdida será más llevadera para la economía del país.

Por lo mismo, con el tiempo hay que, puesto que aceptamos que las guerras son inevitables, y por tanto inevitables los ejércitos, y por tanto inevitable es matar y morir, pues con el tiempo se debe sustituir la mili de pochos-jóvenes por la mili de pochos-viejos, con lo cual en caso de pérdidas humanas (siempre lamentables) al menos se iría solucionando el déficit de la Seguridad Social.

Otra de las ventajas de hacer un ejército de pochos (y solo de pochos) está en que en guerra seria más soportable para todos: las mujeres se quedarían en retaguardia con los sanotes, y los pochos, -hasta ahora humillados como nenas porque no les dejan ir a la mili si se salvaran podrían venir llenos de medallas, que así se liga mucho.

Francisco Molina (Zamora): La Opinión de Zamora. Comienzos de los años 90 de S.XX

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