domingo, 10 de enero de 2016

“Z” DE ZAMORA

“Z” DE ZAMORA

Ahora que han maquillado la falsa fachada conocida por Las Arcadas, en la plaza de Viriato, tal vez sea bueno sacar a colación un tema vidrioso.

Vidrioso porque si Las Arcadas son la horterada mayor de la provincia (lo que se dice en aras de la verdad y porque son de la Diputación provincial) resulta que el edificio de oficinas que ahí se va a construir, si nadie lo remedia, es bastante peligroso estéticamente.

Conviene recordar que hubo un concurso de ideas, en el que el común de los mortales no pudieron dar las suyas, y así, resulta que el que ha ganado produce temor el verlo, porque salvo que luego se produzca un milagro, da la sensación de que allí no pega ni con cola.

Es cerrado como el exterior de unos grandes almacenes y eso asusta al más pintado.

Sólo hay un rayo de esperanza, que los expertos en arquitectura que participaron en la selección sean capaces de ver en los planos lo que no somos capaces de ver el común de los mortales.

En todo caso lo que está claro es que quienes han tenido el poder de elegir han decidido jugársela a una carta, pero a una carta que se parece mucho a las cartas que últimamente eligen, como por ejemplo el Museo Etnográfico, que también parece un bunker, o el Museo Provincial, que ríete tú de su aspecto de cemento armado y bien armado.

Y eso es lamentable si el invento no funciona, porque la plaza de Viriato puede verse acompañada de una fachada que le quede como “a un Cristo dos pistolas", en el decir popular.

Como así lo dice la poca gente que conoce el proyecto ganador.

Sin embargo, dentro de esa exposición de proyectos había y hay uno, que debió de ser el elegido. Se trata de un edificio en forma de Z.

No recuerdo si de tres o cuatro plantas, pero en forma de Z mayúscula, esbelta y rumbosa.

Es evidente que los de la idea escogieron esa letra por su vinculación manifiesta con nuestra provincia y ciudad. La inicial del nombre.

No cabe duda tampoco de que si no se escogió tal proyecto ha sido por miedo a salirse de lo clásico (sin olvidar que hay dos formas de lo clásico, lo "clásico-clásico" y lo "clásico modernito", que no deja de ser tópico aunque desentone).

Y claro tener miedo a la hora de elegir, pero elegir aparentando no tener miedo, lleva al bodrio de lo que no es ni chicha ni limoná.

Se tenía que haber elegido o elegirlo si se está a tiempo, el edificio en forma de Z, porque aunque de entrada la sorpresa y el desconcierto fueran mayúscula y mayúsculo, al final lo que se lograba seria, en la plaza que da entrada a la Zamora monumental, presentar al visitante un edificio que a la vez sería una escultura gigante, un emblema de la ciudad curiosamente atractivo y sobre todo, todo un futuro símbolo.

Es decir, tal edificio, aparte de resolver el problema de las oficinas de la Diputación y de cómo cerrar la plaza, lo hará convirtiéndose en el edificio insignia de la ciudad, en ese símbolo que luego corre de boca en boca divulgando el producto, y que sirve para difundir Zamora, para dar que hablar y atraer visitantes, para ser visto y quedarse asombrado y cautivado como cautivan esas cosas que no sabes, si si o si no, pero que tienen algo.

 Con ese edificio Zamora tendría algo tan propio, genuino y explicito (Z de Zamora) que pasaría a engrosar la lista, por lo demás pequeña, de ciudades reconocidas por su arquitectura singular: Torre Eiffel de... Paris; Torre Inclinada de... Pisa; Estatua de la Libertad de... NY; Giralda de... Sevilla; Atomium de... Bruselas: El Edificio en Z de... Zamora.

Puestos a jugársela; entre que en las Arcadas aparezca una fachada facha o un edificio especial, valiente, llamativo, original, propio y único, hay que apostar por este de la Z.

La Diputación debería de reabrir el debate sobre la cuestión y centrar  tal debate para que la gente elija entre el "elegido”- por los que saben y el de la forma de Z.

Incluso, existiendo como existe la posibilidad de la Realidad Virtual, en la exposición para elegir entre los dos en cuestión deberían hacer ver a las gentes de aquí, como va a quedar uno y otro en dicha plaza.

Apostar por la Z es fuerte, pero se ganaría la partida.

Sólo con poner la primera piedra ya seria Zamora conocida en todo el mundo.


FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. 27 de Agosto del 2001. Pasados diez años puede ver aquel proyecto y me defraudó absolutamente pues la Z era curva e inconsistente

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