martes, 10 de noviembre de 2015

LA OTRA MEJILLA

                                               LA  OTRA   MEJILLA

            Jesús  el Galileo fue una gran persona. Más grande aún si tenemos en cuenta que no era Hijo de Dios por razones obvias.

            No me vaya usted ahora a decir que hace caso ( es un decir) de las enseñanzas del Mesías porque es Hijo del Padre, y que si no a quien Dios se la de San Pedro se la bendiga pues en ese caso pasaría de ser cristiano. ¡Hombre de Dios!

            Tendría gracia- maldita la gracia- que resultara que la gente defiende a Cristo porque es Dios y que sino que le den pasión a lo Mel Gibson. Es un buen tema para meditar en estas fechas ¿no? Y no sólo por ser Semana Santa o por ahí, sino también por ser días de zozobra mundial.

            Si le preguntamos a la gente, ya no digo si es buena cristiana, sino si simplemente sabe qué defendía el Cristo de las Injurias, tal vez se haga un lío inmenso y mezcle los Mandamientos- que los trajo Moisés- con los Pecados Capitales que no recuerdo quien los fundó o con Las siete palabras.

            Tampoco yo recuerdo muy bien cual fue el mensaje de Cristo. Pero si me ha quedado algún detallazo digno de mención. 

Mas vayamos paso a paso

            Cristo fue una persona de enorme inteligencia. Sólo a alguien así se le puede ocurrir decir que él es Dios, con lo que centró toda la atención en su mensaje. Fue algo así como anunciar “como lo que os voy a pedir que hagáis, para que os sea más fácil vivir, no lo vais a creer, pensad que no lo digo yo, que lo dice Dios y el que no lo haga se la carga “. Si realmente fuera Dios pierde muchos méritos el vía-crucis pues lo que duele de la muerte es no saber lo qué te espera y más con lo que cuentan.

            Cristo era un provocador a favor de los que menos tenían. No sólo andaba con los humildes, es decir sin bandas de música, sino que sacó del templo a los mercaderes por utilizar la cosa de Dios para hacer negocio. No me venga ahora usted con que no es lo mismo la casa  que la “cosa  ”.

            Por si eso fuera poco, largó lo que ya no dicen ni los sindicalistas. “Que es más fácil que pase un camello por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el reino de los cielos”. Cielos, pero si son los ricos los que crean riqueza y puestos de trabajo.
          
  Se cachondeó un pelín de la justicia, aunque sin duda porque sabía que no había separación de poderes, base esencial de una democracia. Hoy hubiera sido más respetuoso y a la pregunta de quien eres no se le ocurriría decirle a los jueces que si era el que era o que si su reino no era de este mundo, porque Garzón le hace un ADN y enseguida se sabe la verdad.
           
Sus bienaventuranzas  eran su cuerpo de doctrina. Eran lo bueno. No las recuerdo bien. Me refiero a la letra, pero si me quedó la musiquilla. El resumen era que ojo con los últimos que serán los primeros . Y no lo dijo por Izquierda Unida que conste.
            
Su, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra, es una primera piedra que esa si debían ponerla nuestros políticos con más frecuencia y no las otras. Con esas ideas  no eran doce apóstoles y le traicionó uno. Eran millones y le traicionaron otros tantos (Basta con un registro general y ver quienes tienen la bolsa llena de 30 monedas para reconocer a los judas)

            Por esto y muchas cosas más, Jesús cayó bien a la gente sencilla, a los parias de la tierra. Su cuarta caída fue que cayó bien,   o sea resucitó. Y lo convirtieron en religión de masas. Hoy ha sido secuestrado y está Yacente en los museos del turismo. Otra doctrina está siendo el opio del pueblo para la famélica legión, el islamismo.

            Contra el terrorismo sí existe negociación posible. Hay que hablar y ceder. Todo menos el dolor y la muerte. Ir de imperialistas es darle al Cesar lo que es de Dios, la vida.  ¿Y la dignidad? Seamos inteligentes, pongamos la otra mejilla. Amén Jesús.


             Francisco Molina.. La Opinión de Zamora . 2004 

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