miércoles, 11 de noviembre de 2015

SIN PAPELES, SIN FRONTERAS

                                               SIN PAPELES, SIN FRONTERAS

Ya estamos en un nuevo Año Jacobeo. Debe ser porque el día de Santiago Apóstol cae en domingo.  En estos casos, si uno peregrina a Compostela, abraza al matamoros, mete los dedos en las llagas  del Pórtico de la Gloria y se da de coscorrones contra el Santo de los Croques, puede pedir lo que quiera, que se le concede
            
Tal vez me haga el camino (de Santiago) andando, y pida que el bueno del Director de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, de las órdenes oportunas para que se cambie la foto que acompaña estos escritos míos por una más reciente. Sí, reconozco que es una petición demasiado peregrina, pero...
         
   Pero es que  más asombrado me quedé cuando el Jefe del Estado Español (futuro suegro de Leticia, aunque está por ver), el Rey D. Juan Carlos I, Capitán General de un país laico,  ha ido a pedirle al Santo Apóstol, Libertad, Paz y Prosperidad,
            
Que el Jefe de todos, el que  a todos nos representa, vaya a pedirle a uno de los iconos de una de las religiones, es algo, al menos, imprudente. Porque se pueden cabrear los devotos de otros santos o vírgenes. 

¿Por qué pedirle esas cosas de todos al Santiago y Cierra España, y no al San Fermín del Pobre de Mi, o a la Virgen del Pilar, que seguro que tiene más influencias allá en el cielo?

            Aunque claro, si peregrino ha sido todo lo anterior, más imprudente e incluso descabellado ha sido lo que al Santo se le ha pedido. Sí, porque qué un político o el que manda sobre todos, pida al Cielo, Libertad, Paz y Prosperidad, es como si yo pido comer un huevo frito siendo eso lo único que tengo, se hacer y me gusta.

            Aclarémonos. 

Si no hay libertad es porque no quieren los que mandan (que si a los mandados les dejaran...). 

Si no hay paz es porque no quieren los que ordenan (que si  a los ordenados les dejasen....). 

Y si no hay prosperidad es porque eso conviene a los que viven del cuento (que si los que tienen que tragarse los cuentos pudieran organizarse a su aire...).
           
Así qué. ¿A qué viene meter en el fregao al que dijo, más claro que el agua, que su reino no era esta de este mundo, pidiéndole que resuelva los problemas de este mundo que no es el suyo? 

Y máxime cuando quienes piden , piden al más allá para aparcar los problemas del más acá, como si fueran irresolubles.

            Acaso los poderosos que piden libertad para todos, no pueden dar libertad a los sin papeles para que puedan viajar sin trabas por el mundo,  un mundo éste que sería sin fronteras.

            Acaso no se puede así, dándoles esa libertad, y esos papeles que no tienen, darles también la paz de no viajar jugándose la vida en pateras clandestinas. 

Acaso el reparto ligeramente más justo de las riquezas no crearían un mundo más solidario y por tanto pacífico.

            Acaso no prosperarían así esos parias de la Tierra, pudiendo buscar las sobras de la sociedad de la opulencia-véase el derroche de estos días- en paz y libertad.

            ¿No resulta que esos congéneres son sin papeles y mueren sin esquela porque los poderosos les han robado la libertad de desplazarse, la paz de buscar su sustento a la luz del día y la prosperidad de poder compartir lo que aquí despilfarramos? ¿Por qué entonces piden los poderosos a los dioses, lo que los poderosos  pueden dar como si fueran dioses?.


            Ay. Señor. Señor. Perdónales que saben lo que hacen.

FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. 2004 

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