CONSEJOS
DE GUERRA
Nada obliga a escribir
de todo, incluso todo obliga a no poder escribir de todo.
Puestas así las
cosas (patas arriba) resulta que hay que elegir, y para esto intervienen mil
factores.
Hoy el factor
determinante para que se hable aquí de la guerra —de los Guerra— no es que el
asunto esté de moda, sino que al parecer, según el presidente si cae el vice la
gente (mala) habrá matado dos pájaros de un tiro ya que el iría detrás (o
delante, eso no se aclara).
Estando así las piezas
de la partida, es imposible no jugar pues, ¿acaso hay mayor placer político que
espantar (matar es pecado) dos pájaros de un tiro, máxime si los pájaros lo son
de postín?
Tuvo Alfonso que
defenderse y lo hizo así: por un lado se infló a dar consejos (consejos de
Guerra):
i)
Que cuando un país va bien que más da
lo que haga un pariente,
ii)
que si acaso es él, el guardián de su
hermano,
iii)
y ¡ojo! que quien tenga pecado se abstenga de
lanzar la primera piedra.
Además
de esto dijo cosas muy increíbles ( increíbles, viene del castellano antiguo y
significa que no se pueden creer», o en plan pueblo llano que no se las cree ni
él).
Repasemos.
Según el acusado (político) (de todos es sabido que él trabaja cinco días en
Madrid y dos en Sevilla, por lo que el Gobierno ( o algo así) consideró que era
bueno que existiera en la última ciudad una persona que ejerciera de asistente
y contara con medios apropiados (para facilitar la conexión-Triana).
Análisis
(de sangre): Si se tiene en cuenta que el vicepresidente lo es del Gobierno de
España no parece descabellado suponer que los cinco días durante los cuales
trabaja en Madrid sean (por la cuenta que nos tiene) los que se conocen como
lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, que-dando pues para Sevilla los
otros dos.
Como
quiera que la semana no pasa de siete días y que es de suponer que Alfonso
descansase (máxime cuando solo vive del sueldo) se deduce que iba a Sevilla de
fin de semana.
Pues
bien, para esto, o casi, el Estado, por lo visto, tiene que reservar un despacho
oficial.
Mas,
¿quién ocupará el despacho? ¿un funcionario?
No,
la misión es delicada y requiere alguien especial.
¿Alguien
del PSOE? No, pues si bien es cierto que estos son especiales no lo son tanto.
Era
necesario algo más. ¿Qué puede “ser más” que un militan-te psoista?
Un
hermano.
Quedó
así adjudicado el puesto: despacho pagado por todos, sueldo pagado por el PSOE
y el pato a ver quien lo paga.
Dijo
también el presunto (políticamente hablando) que no tiene por costumbre inmiscuirse
en la vida de los demás, incluida la de su hermano.
De
lo que se deduce que así como si se fijó en la competencia de su cosanguíneo
para prepararle –el desembarco- en Sevilla, no reparó en que su ojito del
Guadalquivir pasó del paro a tener más de un coche y más de una casa.
¿Es
creíble que un hermano no cotillee lo bien que le va a otro? A ver si resulta
que no vivimos en el país del chismorreo.
Aunque
tenemos pecados arrojamos la primera piedra por que en democracia sobran “los
consejos de Guerra”.
FRANCISCO MOLINA. Publicado en
El Norte de Castilla el 12 de Febrero de 1990
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