lunes, 2 de noviembre de 2015

EL ELECTRO-GORBA-SHOCK

EL ELECTRO-GORBA-SHOCK

Ante una humanidad que no quiere nada de armas nucleares y cada vez menos de armas convencionales, defender la existencia de ambos modelos de maquinas para matar se ha convertido en una de las cruces más difíciles de llevar para los que velan por nosotros (Occidente), osease para nuestros gobernantes.

Porque claro, los que nos mandan están contra la guerra (nadie está a favor y los que están se lo callan para no descubrir el pastel), pero (¡ay! los peros) la responsabilidad del poder  les hace ser cautos... por nuestro bien (y porque hay que obedecer a los que de verdad mandan).

Y ahí empieza su vía-crucis, ¿cómo llevarle la contraria a los pueblos sin que estos noten que se les lleva la contraria?

A todo esto, en Oriente (nosotros somos Occidente, que es tanto como decir los buenos de la película), pues en Oriente el diablo parece haberse encarnado hombre bajo el nombre y el encanto de Mijail Gorbachov.

De esta manera las fuerzas del mal, con la habilidad que les caracteriza, atacan nuestra civilización y bienestar por métodos sibilinos.

Por si fuera poco difícil para nuestros jefes vender eso de si quieres la paz prepara la guerra, ahora va y aparece el diablo-rojo-Gorbachov y dice:

Fuera armas nucleares estratégicas (bombas que matan a muchos aunque estén muy lejos).

Menos mal que los nuestros, que son muy listos (p'a eso son los nuestros), le contestaron con astucia:

No; no queremos desarme si no se eliminan también las armas nucleares tácticas (bombas que matan a muchos pero estando más cerca).

La idea era que se rajara y así no habría desarme.

Pero el ruso parece que también quiere eliminar  estas armas; por eso, y haciéndolo muy bien (por eso les votamos, porque se las saben todas), nuestros pacíficos líderes le han espetado un:

 Mira, macho, queremos la paz más que tú pero si no se eliminan también las armas convencionales (las que matan como Dios manda) no aceptamos el desarme.
Y así están las cosas, aparentemente equilibradas.
Pero, ¡ojo! da la impresión de que el jefe de los malos va a aceptar el envite de eliminar también ese tipo de armas y entonces, ¿qué podrán hacer nuestros guías?
Queda el recurso de que le digan que sin armas ellos (los malos) tendrían superioridad en cuanto a personas en Europa (son más) y que por tanto solo se acepta el desarme si aceptan matar a los que sobran de los suyos respecto a nosotros.

Es fácil que aquí les cojamos desprevenidos y así podremos seguir manteniendo la carrera de armamentos, pero..... si como parece todo esto no es más que un plan por parte de ellos para acabar con nuestra cultura guerrera, seguro que no les importará matar unos millones de compatriotas (suyos) con tal de forzarnos a deshacernos del armamento.

En ese caso, según fuentes bien informadas, se les dirá que la OTAN solo acepta el desarme si además de suprimir todas las armas y de que ellos se deshagan del número de habitantes que tiene de más, aceptan también que tienen que adelgazar, porque, claro, en estos momentos, aun con el mismo número de habitantes entre buenos y malos, ellos tendrían ventaja y nos atacarían, ya que son más fuertes (véanse las olimpiadas).

Como Gorbachov es gordito, es fácil que esto de comer menos no lo acepte, pero como parece ser el demonio empeñado en que no haya guerras, tal vez también pasara por este aro.

Entonces solo queda el recurso de poner como condición que acatara la economía libre de mercado...

Aunque, claro, mira que si entra en el juego y exige un mercado libre de verdad y al final los empresarios se quedan sin subvenciones y viva la competencia, ¡nos la arma!

FRANCISCO MOLINA. Profesor y escritor. Publicado en El Norte de Castilla el 20 de Julio de 1989

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