jueves, 29 de octubre de 2015

EL MAPA ESCOLAR

EL MAPA ESCOLAR

La LOGSE ha caído como una losa (por eso se llama LOGSE).

Resulta que ante algo que para la sociedad es bueno, el que se puedan ofrecer y exigir más años de preparación, educación, cultura a sus ciudadanos, se afronta una modificación del sistema educativo.

Este cambio de muebles (unos de sitio y otros por renovación) lógicamente a los que más les afecta es a aquellos que están todo el día (es un decir) en casa, en este caso profesoras y profesores.

Añádase que la inercia por otra parte no parece ser sólo un principio físico y tal vez (los experimentos lo muestran) también sea una verdad psicológica.

Esa inercia mental predispone de entrada contra el nuevo orden, y como consecuencia de ello surge una oposición entre los profesionales del ramo.

A esa tendencia a preferir «lo malo conocido a lo bueno por conocer» se unen los intereses (y las manías) de grupo (o secta o cuerpo).

Consecuencia de todo ello en la provincia de la «pistola geográfica», el panorama es este:

- En EGB, zona donde desde el punto de vista de los de Enseñanzas Medias tenía que estar corriendo el champán porque «van a poder subir a los cielos sin esfuerzo», se da el caso de que como han de «habilitarse» (colocarse) cada uno en la cola de su especialidad (cosa hasta ahora no necesaria) y luego entrar en un concurso de traslados nuevo, pues claro, la incertidumbre se convierte en angustia (añádase que, aunque se les respeta el destino, hasta ahora no existe un catálogo de puestos de trabajo con lo que todo se ve en el aire).

El mapa escolar en la comarca de los maestros está amenazado por una borrasca enquistada que de vez en cuando descarga en forma de chirimiri.

- En FP los profesores de prácticas se preguntan a dónde van y en qué condiciones, al desaparecer la FP 1; por otro lado los de teoría parecen los más serenos, integrados hasta ahora en la rama menos vistosa del árbol educativo, ahora pasarán al tronco común de lo que se llamará educación secundaria.

Tiempo pues por aquí apacible, salvo zonas aisladas de anti-maestrismo (sean estos maestros de taller o maestros a secas). –

-En Bachillerato. Bueno. ¡Aquí arde el mar! Porque resulta que lo que se está mirando con lupa es si los maestros se «les van a pegar a los talones», en vez de estar atentos a cómo dar un paso adelante ellos (nunca se habla de la totalidad, naturalmente).

Como consecuencia de esto (mirar atrás en vez de adelante), se van a dejar colar la última jugada del Ministerio/Gobierno, según la cual entre los profesores de Secundaria habrá dos categorías (profesor raso y catedrático) de tal forma que, docentes que hagan lo mismo (porque dan clase al mismo tipo de alumnos, las mismas horas y la misma asignatura) cobrarán unas trescientas mil pesetas menos los unos que los otros.

En vez de luchar contra esto, toda su energía la invierten en vigilar que ningún maestro obtenga una licenciatura-de-rebajas (según su versión el cuerpo único no es más que un caballo de Troya con el que se buscan titulaciones superiores a precios inferiores).

El mapa escolar en estas latitudes está revuelto y sin posibilidades de mejora; salvo que descargue la tormenta al grito de ¡muera el cuerpo único y viva la jerarquización!, o sea, que el profesorado sea colocado por categorías y que estas se establecieran por la mayor o menor (supuesta) dificultad de lo que se enseña, de manera tal que el de Medias ganaría más que el maestro, y no sólo ello, dentro de Medias, el de ciencias más que el de letras («lenguaje» aparte) porque según cuentan son más difíciles las primeras que las segundas.


Francisco Molina. Publicado en El Norte de Castilla el 14 de Mayo de 1990

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