METER
EL REMO
Me gustaría tener tiempo
y espacio para poder demostrar el teorema que dice que. “Contra lo que parece
las catástrofes crean riqueza en vez de pobreza".
Queda aquí el compromiso
de ese escrito, pero vaya por delante que gracias a las inundaciones de no sé
cuál país del centro de Europa, el Maratón Mundial Piragüismo se celebró en Zamora
y no donde pretendían, con el consiguiente alborozo y enriquecimiento nuestro.
(Para quienes les parezca
que el teorema expuesto es un disparate básteles pensar un poco sobre el asunto
y tal vez ellos mismos, sin tener que esperar, comprueben que lo dicho es
cierto).
Las ventajas para
nuestra tierra de la celebración de dicho certamen son innegables, y no las
vamos a citar, por no aburrir
y por problemas de espacio, que no hay que abusar la amabilidad de este periódico.
Pero sí vamos a recreamos en un detalle que es toda una enseñanza
y por tanto algo que vale su precio en oro.
Tal vez ustedes ya saben que a estas
alturas en Zamora pueden multar por hacer un simulacro de botellón con carácter
político (si será un problema el asunto que en Cáceres están temblando ante la
llegada del próximo fin de semana), te pueden quitar el coche con la grúa de la
zona azul si no pagas y aunque no estorbes, lo mismo casi si vas con el perro
suelto e incluso si das de comer a las palomas, y así innumerables ejemplos.
No obstante parecía
que ya se había llegado a un tope y que no cabía más "mantenimiento del
orden posible".
Pero no. Y aquí
aparece el Campeonato Mundial de Maratón de Piragüismo. Resulta que el bueno de
Ramón (sí, ese chico de Ecologistas en Acción que pone en todos los sitios sus
pancartas pidiendo que nos abran la Vía de la Plata del Ferrocarril Vía de la
Plata), pues bueno, el bueno del citado Ramón se ve que se dijo:
“Campeonato Mundial
habemus, pancarta pidiendo el tren enseñemus, que a lo mejor la ven en el mundo entero”.
Y ni corto, ni
perezosos allá se fue a las nueve de la mañana, cuando todavía hacía un
fresquito de aúpa, con sus dos pancartas sobre el mismo tema.
Pues bien señoras y
señores, no sólo no se las dejaron poner
si no que se las quitaron.
Tal vez piensen que
tal vez las puso donde no debía o que eran ofensivas.
(Las puso en el
puentecillo que une la orilla con la desolada isla de las Pallas y su texto,
que no recuerdo porque era largo como el solo. sólo decía en resumen:
"Necesitamos el tren que une el Norte con el Sur de España pasando por Zamora").
Aun con estas
explicaciones, tal vez vos, que sois persona de orden, veáis lógico que a un
tío que da tanto la lata pidiendo lo mismo estaba bien que se le pararan los
pies.
Vale. E incluso a
los más estetas seguro que poner pancartas en ese bello puentecillo les
parecerá que afeaba la mundial imagen de nuestro rio.
Vale. Pero ante eso
cabe decir que junto a las suyas había otras más propias del evento como “Rema
remero y serás el primero” o así.
Más la prueba del
nueve de que en el fondo de lo que se trata es de reprimir y meter el miedo a
la gente en el cuerpo para que aquí no se mueva ni Dios es que, allá en el
puente grande, allá en el Puente Nuevo (hasta que el alcalde opte por el de
aguas abajo, si opta) otra chavala de Ecologistas en Acción dio en colocar también
en esas fechas otra pancarta, ésta escrita en inglés. diciendo algo así como
"Salvemos el Duero".
A ésta, claro, no
sólo le hicieron quitar la sabana de la protesta. sino que le pidieron la
documentación, porque se ve a la legua que si alguien, en Zamora, pone una
pancarta en extranjero, tiene que ser de Bin La-Den por lo menos.
A ver si pronto
viene otro súper evento, o si no esperaré a la inauguración del Ente Ferial y
exhibiré mi pancarta:
"Majestad,
nombre usted a Aznar Conde-Duque del Perejil".
Ya verán como esa no
la quitan. ¿O también?
FRANCISCO
MOLINA. Publicado en La Opinión de Zamora
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