lunes, 26 de octubre de 2015

OXIGENO PARA EL BIRREPARTIDISMO

OXIGENO PARA EL BIRREPARTIDISMO

En el libro “El Alegre Comunismo” se define el birrepartidismo como la existencia, en cada democracia, de dos grandes formaciones políticas que aunque usan lenguajes y formas distintas ofrecen un solo programa económico verdadero.

Se presentan así, ante los pueblos, dos grandes fuerzas, que aparentemente son, una la alternativa de la otra; pero sólo aparentemente, pues como en el fondo defienden la misma política y estructura económica son simplemente dos partidos de alterne (se alternan en el poder).

Esto no es el bipartidismo (del que tanto se habla) pues éste, por lógica sería la lucha entre dos fuerzas distintas y diferentes, que ofrecen a los ciudadanos dos alternativas radicalmente diferenciadas en lo esencial para la gente, el proyecto económico.

En nuestra España no existe el bi-partidismo, lo que hay es puro birrepartidismo. Dos grandes grupos se reparten el poder político, el  de influencias y puede que algo más (o sea el pastel), mientras ante el personal tratan de aparecer como incompatibles, irreconciliables e incluso opuestos.

De ese reparto entre dos viene el nombre, birrepartidismo.

De eso y de que, por detrás, en la trastienda, están de acuerdo en que el tratamiento económico que hay que aplicarle al pueblo es el de la pseudo-economía-libre-de-merca-do.

Pero hubo una huelgaza general y tembló la carpa del circo donde se representa el show.

Tanto es así, que el jefe de los conservadores dijo que si la situación del país lo exigiera sería posible un pacto PSOE-PP.

Era lógico, pues el 14-D los representantes del pueblo se encontraron con que habían perdido de vista a sus representados, y así, con un país paralizado, todos los diputados fueron a trabajar ¡menos los de Izquierda Unida y EE!

Y ahí está el peligro. Si de la misma forma que el pueblo e IU comulgaban en la huelga general convocada por CC.OO y UGT, se repetía esa primera comunión en otra situación que coincidiera con unas elecciones... se acabó el negocio del birrepartidismo.

Más claro, una unión entre Partido Popular y PSOE podía defender bien que todo se conserve como hasta ahora, pero... dejaría el juego del birrepartidismo a la intemperie, al verse el plumero liberal del Gobierno «psocialista».

¡Había que discurrir!, y surgió la unión PP-CDS que al grito de «a por el PSOE», consigue, por un lado, más parte del pastel para los contrayentes (lo de las mociones de censura), y por otro consigue también revitalizar el birrepartidismo, ya que así, de nuevo puede el PSOE gritar el «¡a mí la legión!>> que la derecha nos quiere quitar el poder, a nosotros ¡que somos de izquierdas!».

Este es el panorama, y mientras, el pueblo afilando sus papeletas para las europeas, donde se tendrá que optar entre cinco grupos básicamente.

Por la derecha, el descentrado (PP), la centrada (CDS) y la civilizada (PSOE), y por la izquierda, la unida (IU) y la suelta.

Al tiempo, en el entreacto y para que no se aburra la concurrencia se escenifica «la vida, pasión y jeta de los tránsfugas», sin hablarse para nada de los supertránsfugas, que son esos partidos políticos que presentan un programa y aplican otro, es decir, que le piden al pueblo el voto y lo transforman en votín (no hay falta de ortografía, aunque pudiera haberla ¡que caray!).


FRANCISCO MOLINA. Profesor y escritor. Publicado en El Norte de Castilla el 24 de Mayo de 1989

No hay comentarios:

Publicar un comentario