LA
PAGA PROPINA
En la empresa
privada a veces existe lo que se llama una paga de beneficios o sobre
beneficios.
Quiere decir que
aparte del salario y pagas extras no extras, el currante puede recibir una
verdadera paga extraordinaria (aunque la cantidad, la verdad sea dicha, es
bastante ordinaria).
Esa paga es una
especie de propina que le da el empresario a su esforzado trabajador, ya que
hubo beneficios y se puede repartir algo más de lo pactado.
La paga sobre
beneficios, naturalmente, no significa que el patrón divida lo ganado, a partes
iguales o proporcionales, entre los obreros, tras quitar la suya.
Aunque tras quitar
lo suyo (que él decide) podía hacerlo como se indica y no perdería nada.
No, la paga de
beneficios es algo ya dicho, que a modo de propina redondea el sueldo, sin que
ese dinerillo pase a convertirse en sueldo propiamente dicho.
Y la cantidad de esa
paga nunca se sabe si adecuada o no, porque (¿por pudor?) el jefe no suele decir lo que realmente se
embolsa
Ahora, la moda de la
paga propina parece que también se va a implantar en la Administración (entre
los funcionarios y similares) bajo la advocación y bendición del Gobierno-PSOE
y la central sindical CSIF, respectivamente.
(Por cierto, ¿por
qué dicen que la CSIF es un sindicato amarillo? ¡Porque les engañan como a
chinos!).
Calmada la sonrisa o
el mal gesto (según) volvamos a lo nuestro (que es lo de ellos), la paga
propina.
Resulta que para
1989 en vez de pagar lo que religiosamente corresponda para, al menos, mantener
el poder adquisitivo de un año, se entra en el siguiente con una subida de
tomadura de pelo (4 por ciento) más una paga propina, que como tal, la dan sin
firmeza (no queda sumada al sueldo) y la dan sin dignidad (no la dan porque en
buena ley entiendan que le corresponde a quien la percibe…es aleatoria).
Y aunque conlleva el
rasgo esencial de la propina, siendo insuficiente, siempre alegra al que la recibe, creando en el
patrón la sensación de generosidad: “Le pagaré tanto y, con propinas puede
usted llegar a obtener...”
En estos días,
167.000 funcionarios recibirán su paga propina, mientras que el resto, hasta un
millón, en la versión que sea, también tendrá su propinilla.
Gobierno y CSIF
reparten los diezmos de los beneficios del Estado.
(Como el Estado somos todos, no son sólo los
funcionarios los que deban recibir los beneficios, pero tampoco los beneficios
pueden proceder sólo del achuche del trabajador público).
Los beneficios del
año anterior superan los 800.000 millones de pesetas (entiéndase por beneficio
lo que el Gobierno ha recaudado de más, según el mismo dice ¡conste!).
Bueno, pues de ese
dinero sólo 20.000 millones de pesetas fue la propinilla conseguida por la
central independiente.
También hubo un paro
(14-D) tan gordo que se convirtió por si solo en una huelga general.
El país le pidió
limpiamente al poder cuatro cosas claras.
El Gobierno a eso ha
contestado (con el apoyo de la derecha en el Parlamento y el de las centrales
«independientes» en los centros de trabajo, pues no convocaron el paro), con menos
de 200.000 millones, de los que algo ha ido a los funcionarios, en forma, como
no, de la última moda ¡la paga propina! (esta vez de un 1 por ciento, sin
consolidar y ello para compensar la pérdida de un 1,8 que si consolida en la
vida).
Pues como se siga
así, al final va a haber que aceptar propinas de verdad.
FRANCISCO
MOLINA. Profesor y escritor. Publicado en El Norte de Castilla el 3 de Mayo de
1989
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