domingo, 4 de octubre de 2015

MOTÍN EN LA CÁRCEL

MOTÍN EN LA CÁRCEL

De buena nos hemos librado con que la cárcel se la hayan llevado a Topas.

A estas horas tendríamos en ella un motín de mil pares de diablos.

Y los motines de nuestra cárcel, recuérdense y léase el Libro de la Transición de Caja Duero ("Caminos de Libertad"), siempre han sido lava de volcán, ojo de huracán y cresta de ola de temas mayores.

Así en ese libro nos lo cuenta un ex gobernador civil con un pie en la vida social y otro en la citada cárcel (vigilante); lo cuentan también más de un obispo, con una vela a Dios y otra a los presos, y algún magistral que sentenciaba a los ya sentenciados (los curas presos y progres).

Pues con esos antecedentes de buena nos hemos librado gracias a que la cárcel no esté donde estaba. Porque donde estaba, a su lado mismo, han puesto una estación depuradora de Aguas Residuales (residuales de las de "tirar de la cadena", o "apretar el botón", como es de suponer que se dice hoy en día).

Y ese tipo de industria que transforma lo sucio en limpio, como su nombre indica, trabaja con porquería y lo mismo que donde hay puercos huele a puercos, donde hay porquería, mal tiene que oler.

Lo que ocurre es que todos somos "muy obedientes hasta en la cama" (como decían los de Jarcha antes del aserejé) y confiamos demasiado (en nuestras autoridades) y si ellas nos dicen: 'Te vamos a poner esto junto a la casa, ya verás qué bien", les creemos.

Sin embargo en esto de lo que te van a poner donde vives debía de ocurrir como cuando te van a operar. Debían de tener, quienes mandan, que informarte de los pros y los contras, y luego el afectado elegir para no pasar a convertirse en damnificado.

Tal vez objete que ya se nace, que ya hay obligación de consultar al vecindario sobre la instalación de toda actividad molesta o insalubre, etc.

Vale, pero aquí nos referimos a una información sin trampa. Por cierto, me viene a la memoria el caso del cierre del pasaje que junto a Caja Duero (también) comunicaba la Calle Pelayo con la de los pinchitos".

Nadie, ningún vecino quería ese cierre (yo creo que ni los de Caja Duero lo querrían si quien cerrara fuera Caja España).

Bueno pues a pesar de esa lógica unanimidad, "el vivillo al bollo y el vecino al hoyo".

Caso similar es el de los vecinos de la carretera de Almaraz infectados de pituitaritis (ataque a la pituitaria por olores nauseabundos)  por culpa de la Depuradora de Aguas Apestantes.

Resulta que les ha caído encima, y en riguroso secreto (nadie les contó bien la película), un tipo de Planta que posiblemente siempre cause malos olores por definición (o sea por su tipo de actividad).

Nadie les contó, ni nos contó eso, y claro ahora, quienes gobiernan tienen que decirles mentiras piadosas mientras los técnicos, más sinceros, suponen que todo mejorará, aunque sólo sea porque se les acaben acostumbrando a los afectados las narices, decimos nos.

 ;Ah! Pero ¿y si en vez de honorables vecinos fueran los de la cárcel los que recibieran los malos olores?

Aburridos por condena y considerando la de la peste (huele que apesta ¿no?) una pena añadida habrían quemado algún colchón y resuelto el embrollón.

Hagan los vecinos la "novena del Corazón de María", porque en verdad en verdad os digo que si hay fetidez y perturba el negocio de la enseñanza privada religiosa ya pueden ir el alcalde, la de la Junta y toda la Corte causante del problema, emprendiendo el Camino de Santiago, pero para no volver, que quien manda los iba a despedir con cajas destempladas.


FRANCISCO MOLINA. Publicado en La Opinión de Zamora hace años

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