domingo, 20 de diciembre de 2015

CUALQUIERA SIN CUALQUIERA

CUALQUIERA SIN CUALQUIERA

En el artículo titulado "Cualquiera con cualquiera" quedaba demostrado que nuestros antepasados tenían, en aras a facilitar la reproducción de la especie, las siguientes disposiciones:

los machos deseaban a todas las hembras y las hembras aceptaban a cualquier macho.

Es decir a ambos sexos les gustaba lo que hacían lo hicieran con quien lo hicieran (el acto sexual, se entiende).

Sin embargo, puede haber personas que sin darse cuenta de que se habla de épocas remotas (miles y miles de años) niegan lo anterior porque juegan a partir de su percepción actual:

Y piensan: ¿Cómo que a mí me gusta cualquiera, de eso nada, y menos este mamarracho que dice tal sandez?

Otras personas, si aceptan nuestra tesis, pero afirman:

Puede que cuando éramos sólo animales "a cualquiera le gustara cualquiera pero ahora somos seres humanos y afortunadamente ya no es así.

 ¿Afortunadamente? Eso es lo que vamos a ver hoy.

Veamos si es mejor que el hombre ya no pueda estar con cualquiera y que la mujer ya no pueda aceptar a cualquiera (o elegir).

Es evidente que (reminiscencias aparte) hoy en día: ni al hombre le gusta cualquiera ni a la mujer le va cualquiera.

Pero esta situación puede ser una ventaja respecto al pasado o una desventaja.

En lo que sigue se tratará de hacer ver que es una "pérdida" la situación actual, que es una desventaja e incluso un síntoma de decadencia tanto individual como colectiva.

Empecemos. Repasemos la conducta de un macho actual que responda al prototipo de macho común.

De él se suele decir que como es hombre, ya se sabe, le gustan todas (exagerando ya que por culpa de la civilización, como veremos, no es así).

También es voz común escuchar que un síntoma de decadencia del varón es (se detecta) cuando empiezan a gustarle "especialmente" jovencitas.

¿Por que utiliza la sociedad esa apostilla de que cuando eso pasa "empieza la decadencia"?

Por dos razones, una para reprimir y otra, porque así es: ¡empieza la decadencia!.

En efecto, cuando alguien detecta que le gustan las jovencitas, en el fondo lo que detecta es que "ya no le gustan en igual medida las otras", ya que las jovencitas de hecho le han tenido que gustar siempre, exactamente desde que él era igual de jovencito.

Digamos que lo que pasa con "el gusto selectivo por las hembras" es similar a lo que pasa con el apetito: Cuando se está en plenitud, te gustan todos los platos y sin embargo, cuando ya sólo puedes responder ante algunos (dieta natural) es que empiezas la decadencia física.

Y es eso, decadencia, porque, evidente es, que siempre es peor estar a régimen que el poder comer de todo, y que todo lo que comas te guste.

Queda pues patente (en damas la demostración es análoga aunque menos evidente por existir menos comentarios soeces al respecto en la tradición popular) que es peor en cuanto a salud, y por tanto en cuanto a la vida, el que no te gusten todas (y a ti todos).

La razón por la que no nos gustan todas ni aun en plenitud, hoy en día, es porque la cultura, la civilización, la represión en suma se han encargado de hacernos selectivos e incluso selectos.

No nos pueden gustar quienes huelen mal, ni quienes no corresponden a los cánones de atracción de la época, ni quienes esto, ni lo otro, ni lo de más allá.

Cuestiones estas variables, según las personas, y cuestiones del subconsciente, según la educación.

Hoy, no solo han conseguido que no nos guste cualquiera sino que pretenden que solo nos guste una.

Y a fe que lo han conseguido. Y esto es malo y perjudicial. Es un atraso increíble porque al no gustarte todas/os y al no gustar ni a todos/as, resulta que algo que esta más rico que el pan (el placer sexual) y que tenía que ser asequible sin mayor esfuerzo, cuesta más y conseguirlo que aquello que esta menos rico que él, el propio pan.

Lo que hoy existe es la "Persona Sexual" que arrastrada por la Economía de Mercado (la ley del dinero) acaba en el océano de la "Miseria Sexual".

Y colectivamente es asunto aún peor porque, una vez que han conseguido que a ti no te vaya cualquiera, y aún más, una vez que han conseguido que a ti te guste una sola (persona), di en voz alta, si de los 2.500 millones de ejemplares del otro sexo el único que te gusta no te corresponde, ¿cómo estas'?.

Pues así está la sociedad, con una tensión que es mejor que no se acabe la Liga.

FRANCISCO MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero


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