CUALQUIERA
SIN CUALQUIERA
En el artículo
titulado "Cualquiera con cualquiera" quedaba demostrado que nuestros
antepasados tenían, en aras a facilitar la reproducción de la especie, las
siguientes disposiciones:
los machos deseaban
a todas las hembras y las hembras aceptaban a cualquier macho.
Es decir a ambos
sexos les gustaba lo que hacían lo hicieran con quien lo hicieran (el acto
sexual, se entiende).
Sin embargo, puede
haber personas que sin darse cuenta de que se habla de épocas remotas (miles y
miles de años) niegan lo anterior porque juegan a partir de su percepción
actual:
Y piensan: ¿Cómo que
a mí me gusta cualquiera, de eso nada, y menos este mamarracho que dice tal
sandez?
Otras personas, si
aceptan nuestra tesis, pero afirman:
Puede que cuando éramos
sólo animales "a cualquiera le gustara cualquiera pero ahora somos seres
humanos y afortunadamente ya no es así.
¿Afortunadamente? Eso es lo que vamos a ver
hoy.
Veamos si es mejor
que el hombre ya no pueda estar con cualquiera y que la mujer ya no pueda
aceptar a cualquiera (o elegir).
Es evidente que (reminiscencias
aparte) hoy en día: ni al hombre le gusta cualquiera ni a la mujer le va
cualquiera.
Pero esta situación
puede ser una ventaja respecto al pasado o una desventaja.
En lo que sigue se
tratará de hacer ver que es una "pérdida" la situación actual, que es
una desventaja e incluso un síntoma de decadencia tanto individual como
colectiva.
Empecemos. Repasemos
la conducta de un macho actual que responda al prototipo de macho común.
De él se suele decir
que como es hombre, ya se sabe, le gustan todas (exagerando ya que por culpa de
la civilización, como veremos, no es así).
También es voz común
escuchar que un síntoma de decadencia del varón es (se detecta) cuando empiezan
a gustarle "especialmente" jovencitas.
¿Por que utiliza la
sociedad esa apostilla de que cuando eso pasa "empieza la
decadencia"?
Por dos razones, una
para reprimir y otra, porque así es: ¡empieza la decadencia!.
En efecto, cuando
alguien detecta que le gustan las jovencitas, en el fondo lo que detecta es que
"ya no le gustan en igual medida las otras", ya que las jovencitas de
hecho le han tenido que gustar siempre, exactamente desde que él era igual de
jovencito.
Digamos que lo que
pasa con "el gusto selectivo por las hembras" es similar a lo que
pasa con el apetito: Cuando se está en plenitud, te gustan todos los platos y
sin embargo, cuando ya sólo puedes responder ante algunos (dieta natural) es
que empiezas la decadencia física.
Y es eso, decadencia,
porque, evidente es, que siempre es peor estar a régimen que el poder comer de
todo, y que todo lo que comas te guste.
Queda pues patente
(en damas la demostración es análoga aunque menos evidente por existir menos
comentarios soeces al respecto en la tradición popular) que es peor en cuanto a
salud, y por tanto en cuanto a la vida, el que no te gusten todas (y a ti
todos).
La razón por la que
no nos gustan todas ni aun en plenitud, hoy en día, es porque la cultura, la
civilización, la represión en suma se han encargado de hacernos selectivos e
incluso selectos.
No nos pueden gustar
quienes huelen mal, ni quienes no corresponden a los cánones de atracción de la
época, ni quienes esto, ni lo otro, ni lo de más allá.
Cuestiones estas
variables, según las personas, y cuestiones del subconsciente, según la educación.
Hoy, no solo han
conseguido que no nos guste cualquiera sino que pretenden que solo nos guste
una.
Y a fe que lo han
conseguido. Y esto es malo y perjudicial. Es un atraso increíble porque al no
gustarte todas/os y al no gustar ni a todos/as, resulta que algo que esta más
rico que el pan (el placer sexual) y que tenía que ser asequible sin mayor
esfuerzo, cuesta más y conseguirlo que aquello que esta menos rico que él, el
propio pan.
Lo que hoy existe es
la "Persona Sexual" que arrastrada por la Economía de Mercado (la ley
del dinero) acaba en el océano de la "Miseria Sexual".
Y colectivamente es
asunto aún peor porque, una vez que han conseguido que a ti no te vaya
cualquiera, y aún más, una vez que han conseguido que a ti te guste una sola
(persona), di en voz alta, si de los 2.500 millones de ejemplares del otro sexo
el único que te gusta no te corresponde, ¿cómo estas'?.
Pues así está la
sociedad, con una tensión que es mejor que no se acabe la Liga.
FRANCISCO
MOLINA. La Opinión de Zamora. Imperecedero
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