Tal vez Vd. ya haya
oído hablar de que la Junta de Castilla y León ha puesto el veto al Plan de
Urbanismo del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Zamora.
Y tal vez Vd. esté
sorprendido de leer que el PSOE-Ayuntamiento defiende (última moda) a los
constructores, mientras el PP-Junta dice que hay que defender el bienestar
general por encima del particular.
En lo que sigue se
va a tratar de explicar este galimatías:
Veamos: Dato
primero: La Ley del Suelo (que ha hecho el PSOE) introdujo un impuesto que han
de pagar las constructoras. Ese impuesto, tras mucha literatura, se reduce a lo
siguiente:
Por cada diez pisos
que se construyen, el promotor le ha de dar al Ayuntamiento lo que valga un
piso y la mitad de otro (el 15% del total), pero a precio, no de mercado, sino
de valor catastral (que siempre es notablemente inferior al valor real).
La cuestión no tiene
la menor importancia, se trata de que simplemente a determinadas empresas se le
han subido los impuestos. Dicho impuesto es lógico porque se reinvertirá
(obliga la ley) en mejorar la ciudad, con lo que el constructor verá
recompensado lo que paga al subir la calidad del entorno y de la vida con lo
que se revalorizara su negocio: la venta de pisos.
Sin embargo, el
alcalde de Zamora ha optado por razonar así:
Si cobra ese
impuesto a los constructores (el valor catastral del 15% de lo construido)
estos van a perder en sus expectativas de negocio. Luego la solución es la siguiente:
Donde antes podían edificar como 10 que
ahora puedan edificar un piso y medio mas, así ya no pierden, y no dejan de
construir, al tiempo que no sufren subidas los compradores de pisos.
Como consecuencia de
esa decisión la edificabilidad en toda la ciudad urbana aumentaría en un 15 % ,
por no hablar de casos particulares en los que, por no embrollar el artículo, baste
decir que la edificabilidad podría aumentar en cantidades aún mas escandalosas.
Ante esto la Junta
(a pesar de ser de derechas) se llevó las manos a la cabeza y dijo que este
nuevo Plan de Urbanismo no puede ser aprobado, ya que tal aumento de
edificabilidad va a aglomerar a las familias en un reducido espacio hacia el
centro de la ciudad, hacinándolas; al tiempo que no se han previsto las zonas
verdes que compensen este aumento fuerte de densidad de población en las zonas
ya saturadas.
Así está la lucha.
Por otro lado decir que Izquierda Unida ya había denunciado que el aumento de
edificabilidad y la falta de zonas verdes empobrecía el Plan de Urbanismo
anterior y rebajaría la calidad de vida de quienes viven en Zamora.
Los expertos de la
Junta en Urbanismo de momento han censurado técnicamente, lo que ya IU criticó
políticamente demostrándose así la torpeza cometida por la mayoría gobernante
en nuestro Ayuntamiento.
Aparte de esto, IU
invita a reparar en que:
1. El alcalde, como
senador del PSOE, no se opuso en modo alguno a la Ley del Suelo que parió su
grupo y que él ahora pretende “arreglar", regalando aumentos de
edificabilidad que compensen los impuestos.
2. Al aumentar de
forma generalizada la edificabilidad en un 15%, no solo les compensa (el
impuesto que debían pagar) a los constructores, sino que les regala, a mayores,
la diferencia de precio entre el valor real del 15% de nueva edificabilidad y
el valor catastral de ese 15%.
Es por esto por lo
que los constructores de Zamora aunque devotos del PP rezan al PSOE.
3. No es cierto que
el impuesto equivalente al valor catastral del 15% de lo construido encarezca
los pisos ya que el precio de estos se rige por la Ley de la Oferta y la
Demanda, y lo único que ocurriría, en el peor de los casos para el constructor,
es que ganaría un pelín menos.
4. Ningún constructor deja de construir porque
su ganancia baje un poco, mientras siga teniendo ganancia, y ésta está
garantizada, al mejorar la ciudad con ese impuesto y revalorizarse por tanto
todas las viviendas.
No vale pues engañar a los obreros de la
construcción diciéndoles que las obras quedarían paralizadas.
Y ya por último decir que al estar la Ley del
Suelo en vigor, y por tanto ese impuesto (que es el valor catastral del 15% de
lo construido), y no estar en marcha el nuevo Plan de Urbanismo, el alcalde ha
decidido aplicarles a los constructores, como impuesto. el valor catastral
anterior al catastrazo, de manera tal que ahora hay dos clases de zamoranos:
Los que hacen casas, que van a pagar un valor catastral como el de 1988, y el
resto de los mortales a los que, cuando se les subió el impuesto del valor
catastral fuertemente, nadie protegió diciendo:
-“Pobrecitos, aumentémosles
el sueldo en la misma cantidad para que no pierdan, mantengan el poder adquisitivo
y tiren de la economía".
Y es que el PSOE,
como partido marxista que fue, sabe que todavía hay clases: el
"cambio" fue que decidieron apoyar a la clase pudiente.
FRANCISCO
MOLINA (*) (*) Concejal de IU. La Opinión de Zamora. 30 de Junio de 1994
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