Estaba la pluma
cargada para otras descargas cuando en televisión y a horas en que todavía está
el cuerpo entero (la humanidad se divide en dormilones y no dormilones, que diría
el premio Nobel Pikolín), apareció Enmanuelle (película que merece verse nueve
semanas y media).
Naturalmente, a
partir de ahí no hay otra posibilidad que charlar del cuerpo.
La reforma educativa
(vulgo LOGSE) es algo que se hace para la sociedad y por tanto su juicio debe
ser lo mas abarcante posible; pero como
en todos las modificaciones materiales, sociales e incluso humanas, al final, a
la inercia natural hay que añadir la que aportan los técnicos.
Así, en esto de la LOGSE
parece que la confrontación no va a darse entre sociedad y Gobierno para que el
parto sea lo mejor posible, sino entre expertos y Administración, para que
prospere o no la idea o el instinto de los que viven de esto (profesoras y profesores.
Otro día y bajo el título
de “Diseño curricular cursi”, en estas mismas páginas (si el tiempo y los Niños
Censores de Viena no lo impiden) se opinará sobre el por qué del fracaso
escolar y cómo la LOGSE no lo va a evitar drásticamente.
Ahora se trae a
primera fila lo que está siendo la gran batalla en la trastienda:
¿Cuerpo único si,
cuerpo único no?
Sépase que actualmente
en EGB imparten clases los maestros que, en un noventaytantísimo porcentaje,
han estudiado una carrera (para ser profesor) de tres años (diplomatura), y que
en FP y BUP los profesores de materias técnicas proceden de estudios que
duraron cinco años (licenciatura).)
También existen, en
enseñanzas medias, fundamentalmente, profesores de titulación técnica que imparten
clases de prácticas (maestros de taller).
Como el paso que va
a dar la sociedad española pretende una nueva ordenación del sistema educativo
(algo no frecuente), algunos sectores de los docentes creen que es el momento
de apostar por unos profesionales nacidos para enseñar.
Por ello, dicen, créese
una nueva carrera de cinco años (licenciatura) que han de cursar todos los que
quieran ser profesores.
En esos estudios habría
una especialización doble (según gustos), hacia la materia que más apeteciera
(por un lado) y hacia la edad de los alumnos que mas motivara (por otro).
Naturalmente, los
hijos de esa madre única (la misma carrera) desembocarían en un cuerpo único,
pues todos serian licenciados.
Nadie habla del
cuerpo único Turmix, como los contrarios a la idea dicen por ahí.
El cuerpo único Turmix,
que surgiría de meter todo lo que ahora existe, en cuanto a tipos de
profesores, en un turmix, enchufar, esperar el tru-tru-tru y darle el mismo
tratamiento a la masa obtenida, no consta que lo pida nadie, así que quienes
difunden esa idea debían explicar que buscan con la confusión.
La sociedad, y no
los docentes solo, es la que debe pensar que sería mejor para sus hijos, que
les den clases profesores con mayor preparación científica y pedagógica o que
todo siga como hasta ahora?
Téngase en cuenta
que con el cuerpo único el profesor de niños tendrá mayores conocimientos científicos
y el de adolescentes más conocimientos técnico-docentes (pedagógicos).
Ante todo esto, ¿con
qué se descuelga el MEC?
Por un lado acepta
respetar los derechos de los maestros actuales a dar clases a chicas/os de 12 a
14 años, pero por otro dice: A los niños menores de esa edad, con que les den
clase como hasta ahora, vale (renuncia a ofrecer mayor calidad docente a las
familias), y en enseñanza secundaria (de doce a dieciocho años), que todo siga
igual (en cuanto a las características de los profesionales), es decir, no hay
nada que arreglar tampoco (¿ustedes que creen?).
Mas en esta etapa
mantiene y acrecienta el agravante de establecer dos categorías de profesores
(profesores rasos de secundaria y catedráticos).
Habrá un treinta por
ciento de “mejores” (calidad porcentuada) que, haciendo lo mismo, lo mismo, lo
mismo que otros, cobrarán 300.000 pesetas más.
¿Cómo se llegará a
distinguir el grano de la paja? Seguramente con los CEP (centros de
profesores), que se crearon para consolidar la jerarquización de los docentes,
siempre soñada desde arriba y extrañamente deseada por algunos desde ahajo.
Si prospera esta división
en medias, las carcajadas del Ministerio van a ser de órdago, pues su ojito
derecho —los CEP—, hasta hoy despreciados por el profesorado de FP y BUP, van a
ponerse a tope de aspirantes a cátedras (cosa lógica, pues haciendo lo mismo se
ganará mas).
Mientras, las
madres/padres ya lo saben, si docentes que hacen lo mismo cobran distinto,
exijan a los que más reciben; en lógica capitalista, ¡son los mejores!
FRANCISCO
MOLINA. El Correo de Zamora. 8 de Mayo de 1990
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